La pandemia ha evolucionado las conexiones personales enfatizando un uso desmedido de los dispositivos de comunicación electrónicos como lo son las tabletas, computadoras o celulares dentro de las actividades diarias a tal grado que no se puede establecer una línea de separación entre la conexión virtual y la física.
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“En las últimos años nos hemos vuelto muy dependientes del teléfono tan es así que dormimos con él, nos levantamos y lo primero que checamos es el celular, a raíz de la pandemia, al no poder salir al estar en el encierro eso nos hizo también ser un poco más dependientes del teléfono para poder estar sabiendo de noticias, sabiendo de nuestras familias, de nuestros seres pues más allegados verdad, pero también se convierte en una problemática pues porque sí es cierto, nos acercamos más a aquellas personas que estamos lejos pero lamentablemente a veces nos alejamos de la gente que tenemos” es lo que comenta la Socióloga Aide Patiño.
La dependencia a la tecnología afecta los niveles de descanso, la estabilidad emocional y sin duda alguna afecta la conexión con terceras personas al ser el teléfono la prioridad, hoy en día es sumamente difícil poder establecer conexiones amistosas sin el uso de celular por que lo enfocamos primordialmente a lo tecnológico.
“Además de las redes sociales, los teléfonos ahora los usamos para enviar mensajes por WhatsApp, lo utilizamos para juegos y no necesitamos ni siquiera una computadora, en el teléfono tenemos acceso a información, a redes sociales, a juegos, a películas, entonces eso lo vuelve sumamente más adictivo también, entonces si estamos dependiendo mucho del teléfono tan es así que a veces nos salimos de casa y decimos: se me olvidó el celular o cuando piensas que se te extravió se te va la vida en ello porque no sólo tienes información tuya sino que hasta cuentas bancarias o sea traemos toda nuestra vida en ese aparatito de teléfono”.
En cifras de inversión en promedio se gasta alrededor de $4,000 a $6,000 pesos en la adquisición de nuevos equipos de telefonía en gamas medias, superando los $9,000 pesos los equipos de gama alta, así como también el gasto que genera una reparación va de los $500 a los $3,000 en equipos de gama alta que requieren mayor atención o reemplazo de piezas.