La venta de mercancía que preferente se hacen con los turistas, en estos meses éstas se han reducido drásticamente para quienes se dedican a expender alimentos, en este caso frutas.
Para Juan Antonio Cuevas, quien se dedica a la venta de cocos para turistas, la comercialización de su producto no ha sido lo mejor en cuando a que pueda expender su mercancía al público.
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“Casi siempre la mercancía la traen de Puerto Peñasco para acá, pero a veces me compran uno o dos, pero no más”.
Agregó que, de octubre a la fecha, se ha enfrentado a la temporada baja y las pocas ventas de su mercancía, y sería hasta febrero (cuando empieza la curvina) es cuando comienza a elevarse la actividad comercial.
Expresó que, ya que comienza la pesca de esa especie, es cuando se presenta un poco de turismo, y eso es cuando hay la oportunidad de vender a la gente.
Indicó que los camiones traen los cocos desde Guerrero, aunque llegan a Puerto Peñasco, llegan aquí y los consiguen, la fruta la llevan también a San Luis Río Colorado.
Mencionó que el coco preparado cuesta cien pesos, pero a él le cuesta comprar el coco (al proveedor) 30 pesos por mayoreo.
“Yo compro casi 80 cocos para 15 días, en los días fuertes, que son sábados y domingos; si se venden siete u ocho cocos, ya sale para cubrir el gasto de la gasolina, para el fin de semana, se venden hasta diez, que es una buena cantidad”.
Aseguró que, de todos modos, siempre sale a vender, y la gente le compra, aunque sea entre semana, aunque las ventas no son buenas, debido a que es poco el turismo que hay en el poblado.
Si acaso, hay visitantes en fin de semana, y es cuando aprovecha para poner a disposición de ellos su mercancía.
Calculó que sus ventas, en la temporada baja, han disminuido hasta en un 70 por ciento, lo cual, es mucho para él, pero eso no lo desanima a seguir adelante y buscar acomodar su mercancía entre el público del poblado.
Baja afluencia
Los turistas que se hacen presentes en el poblado, dejan de ir aproximadamente en octubre, cuando comienza a cambiar el clima en la región, aunque durante el fin de semana, es posible encontrar a unos cuantos, ya que el frío los ahuyenta.
Pero, a partir de Semana Santa, es cuando comienza a presentarse una mejoría en cuanto a la afluencia que tiene el poblado, aunque, hay signos de recuperación en febrero, cuando la gente comienza a llegar al Golfo, en busca de diversión.
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En los eventos de Semana Mayor, se calcula que se llegan a reunir hasta 40 mil visitantes lo cual, aprovecha los comerciantes para expender todo tipo de mercancías, entre productos y servicios.
La llamada temporada alta del Golfo de Santa Clara, es de marzo a octubre, por lo que los comerciantes aprovechan esos meses para vender su mercancía.