La familia Condebarca Valentín llegó a esta ciudad hace un año, procedente del estado de Hidalgo en busca de mejores oportunidades de vida vendiendo el tradicional pan mexicano conocido como “gorditas de nata”, sin embargo, la situación empezó a complicarse a raíz de la pandemia porque las ventas bajaron considerablemente.
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Aidé Valentín Lezama contó que aprendió a elaborar las gorditas de nata porque su esposo, el señor Jorge Condebarca le enseñó cuando vivían en Hidalgo, pues en esa entidad son muy demandadas y la gente acostumbra cocinarlas.
Su esposo había visitado en varias ocasiones este municipio, participando como expositor y vendedor en la Expo Oaxaca, de ahí que le propuso a su esposa venir a residir aquí con toda la familia, al considerar que es un lugar con oportunidad de progresar económicamente debido a que las gorditas de nata tienen mucho éxito entre la población.
Fue así que Aidé, en noviembre del año pasado, emprendió el viaje hacia esta frontera acompañada de sus dos hijos y su nieta para iniciar un negocio propio establecido, pues su esposo viaja constantemente por diferentes estados de México con la Expo Oaxaca.
IMPLEMENTARON NUEVAS FORMAS DE VENTA
En un principio, la familia Condebarca Valentín instaló el puesto en la avenida Guadalupe Victoria y calle 26, pero cuando dio inicio la crisis sanitaria las ventas descendieron y tuvieron que cerrar.
En ese momento, decidieron trabajar desde casa e implementar nuevas estrategias de promoción y venta del tradicional pan de nata, a través de redes sociales y con servicio a domicilio siguiendo las medidas de higiene y sana distancia para evitar riesgos de contagios del virus.
“Con la pandemia la gente dejó de salir de sus casas, sobre todo, al principio y pues a nosotros nos afectó porque no vendíamos mucho, pero pudimos salir adelante gracias a que vendemos por internet, la gente viene a recoger sus gorditas a la casa o nosotros se las llevamos a domicilio”, agregó.
“Las cosas han ido mejorando con el paso de los días, ahora están un poco mejor y que bueno porque tenemos que pagar renta, comprar la despensa, pagar luz y otros gastos”, externó la mujer emprendedora.
Además de las gorditas de nata, ella y su esposo elaboran pan trenzado, cocoles, conchas grandes y otros que pronto pondrán a disposición de los sanluisinos, en la avenida Carranza y calle 25.