La señora María del Carmen Borbón Zayas, quien es costurera desde hace 40 años, indicó que la costura es un oficio artesanal que, aunque sigue muy vigente, hoy en día es menor la demanda de trabajo que tienen los hombres y mujeres dedicados a confeccionar ropa a mano.
La mujer de 60 años de edad contó que su interés por la costura surgió en su infancia. Sin embargo, se dedicó a este trabajo hasta que fue joven, en el tiempo que fue empleada de una empresa maquiladora de costuras.
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María del Carmen Borbón nació y creció en un rancho cercano a la ciudad de Álamos, Sonora. Recordó que tuvo una infancia muy feliz al lado de su familia, ya que fue una niña muy consentida, sobre todo, por su mamá.
Platicó que cuando era niña, su mamá tenía una máquina de coser en casa. “A mí me llamaba mucho la atención la máquina. Mi mamá no sabía coser, pero ahí la tenía. Entonces, yo la empecé a usar remendando mi ropa. Era algo que me gustaba mucho hacer”.
Años más tarde, en su juventud, gracias a las nociones que tenía para coser, pudo entrar a trabajar a una empresa maquiladora de costura en donde aprendió un poco más. “La realidad es que yo sola me enseñé a coser, practicando lo pude hacer. Llegué a hacer hasta vestidos de novia y de quinceañeras. También uniformes escolares y trajes para bailables de la escuela”.
Este oficio permitió que María del Carmen Borbón pudiera sacar adelante a sus 5 hijos. “En un tiempo, hace muchos años, cosía mucho, tenía mucho trabajo. Me desvelaba cosiendo para terminar los pedidos de ropa que tenía. Gracias a esa etapa de mi vida pude sacar adelante a mis hijos”.
Dijo que actualmente, sigue cosiendo, pero con menor intensidad porque por su edad se cansa de permanecer gran parte del tiempo sentada, por lo que ahora ya no hace ropa, solamente hace costuras sencillas como levantar bastillas o hacer ajustes a faldas, vestidos o pantalones.
TRABAJA SIN DESCUIDAR A SUS HIJOS
La señora Borbón Zayas consideró que todavía sigue habiendo trabajo para las costureras, aunque décadas atrás era más común que la gente mandara a hacer sus prendas de forma artesanal y ahora, por lo general, la ropa se compra en las tiendas o bien, se encarga por internet porque en ocasiones resulta más barato.
Comentó que disfruta ser costurera porque es un trabajo que le permite trabajar en su casa, establecer sus propios horarios y cuando sus hijos eran pequeños siempre estuvo al pendiente de ellos.
“Nunca me ha gustado estar sujeta a trabajar en un horario. Por eso desde hace muchos años trabajo por mi cuenta, en mi casa. Lo único malo es que al trabajar de forma independiente pues no recibo pensión del Seguro Social”.
Externó que hace 41 años llegó a vivir a San Luis Río Colorado donde tiene muchos clientes que todavía la visitan para solicitar sus servicios de costura, por lo que considera que este oficio seguirá vigente por muchos años más, tomando en cuenta que siempre existirá gente que requiera que se hagan ajustes a las prendas que compra.
“Le tengo mucho cariño a este trabajo porque me ha permitido sacar adelante a mis hijos y apoyar a mi esposo con los gastos de la casa”, puntualizó.