Joven autista disfruta cocinar

El joven Erick Montes, diagnosticado con autismo, sueña con aprender a manejar y tener un carro propio, además le gustaría ser chef profesional porque disfruta cocinar, los desayunos son su especialidad, cuenta su mamá

Gloria Negrete

  · lunes 1 de abril de 2019

Erick Montes es un joven autista que cursa el segundo año de secundaria en el CAM 10, en donde es atendido desde que estudiaba el nivel preescolar / Alonso Moreno

Erick Montes Mendoza es un joven de 15 años de edad, a quien a los 3 le fue diagnosticado autismo; él cursa el segundo grado de secundaria y disfruta de cocinar, jugar videojuegos y ver la serie de televisión “El Chavo del 8”.

Al conmemorarse el 2 de abril el Día Mundial de la Concientización del Autismo, la señora Aurelia Mendoza Gudiño, mamá de Erick, platicó que, desde el momento de su nacimiento hasta casi los 2 años de edad, su hijo mostró un comportamiento normal, empezó a hablar como cualquier otro niño y socializaba con sus hermanos y demás familiares.

La falta de personal se refleja en las horas de espera para ingresar por San Luis, Az. / Alonso Moreno.

Poco antes de que cumpliera dos años, el niño comenzó a hacer berrinches de una manera inusual, hablaba muy poco, no veía a otros a los ojos y se aislaba pues prefería permanecer solo.

Los pediatras aseguraban, a Aurelia, que era normal que los niños de esa edad tuvieran un retroceso en su modo de actuar, que hicieran berrinche y que no tuvieran muchas ganas de hablar, sin embargo, ella no se quedó tranquila con ese diagnóstico y siguió consultando a otros pediatras y neurólogos quienes le decían que Erick era hiperactivo hasta que un neuropediatra, luego de hacerle varios estudios, dio el diagnóstico de autismo de leve a moderado.

“Cuando nos dieron el diagnóstico sentí mucha tristeza, no sabía que iba a pasar con mi niño. Ya había oído hablar del autismo, pero no sabía con exactitud lo que era. Sobre todo, sentí angustia al pensar que mi hijo no iba a poder valerse por sí mismo cuando yo no estuviera”, externó Aurelia Mendoza.

Al llegar a la edad de ingresar al preescolar, Aurelia inscribió a su hijo a un “kínder” de educación regular en donde estuvo solo 3 meses porque no logró adaptarse y de ahí lo llevó al Centro de Atención Múltiple (CAM) número 10, donde ahora cursa el segundo grado de secundaria.

“Aquí, en el CAM 10, mi hijo ha recibido muy buena atención por parte de sus maestros, ha tenido muchos avances, aprendió a leer y escribir y es más tolerante al ruido y a la gente”, destacó.

Erick en sus ratos libres se dedica a dibujar y hacer manualidades; también apoya con las labores de la casa como lavar su ropa y hacer desayuno y se prepara para ingresar a los talleres laborales del CAM 42, una vez que finalice con su educación secundaria, refirió la madre de familia.