Patricia Fernanda Parra Peña inició una nueva etapa en su vida hace 10 años con la instalación de un negocio de venta de moños hechos por ella, lo que empezó porque a su hija le gustó uno que vendían en una tienda departamental de la zona centro y ella no tenía dinero suficiente para comprárselo.
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Fue entonces que, según compartió a TRIBUNA DE SAN LUIS, se animó a hacer sus propios diseños y fue a una mercería para comprar un metro de tela y broche sueltos, con lo que elaboró el primer moño para su hija, quien en aquel entonces estudiaba en la escuela primaria Esther Quijada. A partir de ahí fue que se corrió la voz, porque sus compañeras de clase le preguntaron dónde lo había comparado y varias le empezaron a encargar, por lo que decidió crear este negocio que actualmente mantiene.
A su vez, comentó que, consciente que la situación es difícil para muchos padres de familia, ella vende sus moños a un precio justo, en comparación a otras personas que se dedican a esta actividad, ya que tienen precios muy altos, acción que ella respeta, pero sabe que como mamá no siempre se tiene el dinero para comprarlos.
Manifestó que antes de la pandemia sus ventas eran buenas y eso le permitió en varias ocasiones hasta 100 moños a niñas que viven en zonas marginadas de esta ciudad, además que se sumaba al apoyaba para regalar mochilas, lápices y colores, ayudando sobre todo a niñas para que regresaran a clases con todo lo necesario para su educación.
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“En una ocasión también ayudé a una familia que tenía una hija enferma y les doné moños para que vendieran. Con eso se ayudaron con los gastos médicos y todo esto siempre lo he hecho con lo que puedo, para ayudar”.
También, dijo que debido a la propagación del Covid-19 cerraron todos los planteles escolares y en su local empezaron a bajar las ventas, por lo que tuvo que malbaratar su mercancía, para sacar por lo menos para lo más básico en el hogar.
Comentó que sus clientes no solo son de San Luis Río Colorado y que incluso recibe en su local a personas de Los Ángeles, Yuma y otras ciudades de Arizona. Sin embargo, con la pandemia de por medio la clientela dejó de venir, lo que afectó seriamente su negocio de producción y venta de moños.
Afortunadamente, compartió, desde hace casi dos meses que sus ventas han mejorado, lo que le ayuda a comprar lo más básico en su casa, invirtiendo el resto de sus ganancias en material para hacer más moños, con el fin de tener mayor variedad de productos y atraer a más clientes a su local.
Patricia se considera una mujer de lucha y esta agradecida con la gente que compra sus moños, porque eso la ha ayudado no solo a ella, pues ha podido apoyar al prójimo; además, dijo que con esto ha superado retos y, aunque ha atravesado situaciones como una caída que la dejó en silla de ruedas por varios meses, sigue avanzando y con la misma motivación de siempre.
Por último, invitó a la comunidad a conocer su local ubicado en avenida Sonora y calle 9, donde todos los días está abierto, sin importar si es día festivo o no, pues nunca deja de vender, con la ilusión de recuperar las ventas que tenía antes.