Durante estos últimos años han nacido contrapropuestas al Halloween, como la celebración de Holywins, una festividad católica que alienta a las personas a vestirse como santos católicos
En ciudades fronterizas como San Luis Río Colorado, la sociedad acostumbra celebrar el 31 de octubre, “Halloween”; una festividad que no es bien vista por la iglesia católica pues líderes eclesiásticos señalan que es mejor conmemorar el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, y el 2 de noviembre, Día de Muertos.
A través de ACI PRENSA, Monseñor Gerardo de Jesús Roja López, Obispo de Tabasco, hace un llamado a los padres de familia para que opten por celebrar el Día de Todos los Santos, el 1 de noviembre, y dejen de disfrazar a los niños y niñas con atuendos de personajes terroríficos, de muerte o dolor por “Halloween”.
Resaltó que ante un ambiente tenso y difícil como el que se vive en el país a causa de la violencia, “meter en los pequeños una imagen de muerte, una imagen de dolor, no es bueno”.
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En lugar de Halloween, Monseñor Rojas López propuso festejar el Día de Todos los Santos, que la Iglesia Católica conmemora cada 1 de noviembre. Esta celebración destaca el triunfo y la gloria eterna de aquellos que siguen de cerca a Cristo y cooperan con su gracia.
“Por eso la Iglesia, en los catecismos, en nuestros grupos, siempre celebra más bien el Día de Todos los Santos y los viste (a los niños) de santos”.
Gerardo de Jesús Rojas consideró que esta opción es “más eficaz y más productiva” que la celebración de Halloween, ya que inspira a los niños a hacer el bien siempre y, sobre todo, porque prevalece la cultura de la vida y no la de la muerte.
Durante estos últimos años han nacido contrapropuestas a las fiestas de Halloween, como la celebración de Holywins, una festividad católica que alienta a las personas, especialmente a los niños, a vestirse como santos católicos en la víspera de la fiesta de Todos los Santos.
Líderes de la iglesia católica indican que se busca ser fieles a los valores de la Iglesia Católica, llegando a la conclusión de que el Halloween no tiene nada que ver con el recuerdo cristiano de los Fieles Difuntos, y que todas sus connotaciones son nocivas y contrarias a los principios elementales de la fe de los católicos.