Con el firme propósito de empezar de cero su vida, lejos del lugar donde tanto daño le hicieron al asesinar a su esposo y a sus hijos, Gabriela “N” vino a la frontera con la intención de solicitar asilo humanitario al gobierno de Estados Unidos, al considerar que en el vecino país logará la estabilidad emocional y económica que añora.
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En charla sostenida en el Albergue del Migrante “Don Chon”, la mujer de 47 años contó que hace un par de meses decidió emprender un viaje hacia el norte de México, desde Jalisco, acompañada de su hijo menor de 6 años de edad.
El motivo por el cual tomó la determinación de dejar todo atrás, incluso a sus padres y dos hijos, es porque huye de la inseguridad que, a la fecha, prevalece en el municipio donde radicó por 30 años.
TIENE FE EN DIOS
Relató: “En Jalisco mataron a mi esposo y dos hijos. Me dejaron sus cabezas afuera de mi casa. Fue una situación horrible que jamás voy a olvidar”, expresó afligida y con lágrimas en los ojos al recordar la escena.
“Me vine huyendo. Tengo mucho miedo de regresar. Temo por mi vida y la de mi hijo. Por eso opté por venir hasta aquí, a la frontera, pues lo que más deseo en este momento es poder ir a Estados Unidos a vivir y trabajar. Me anoté en una lista de gente que espera ser atendida por agentes de migración para pedir asilo humanitario. Tengo Fe en Dios en que me lo van a autorizar”, dijo Gabriela.
“A pesar de que estoy lejos de Jalisco no dejo de sentir temor. Espero pronto pueda irme de México”, refirió.
ERA SECRETARÍA EN DEPENDENCIA MUNICIPAL
La mujer platicó que, en su momento, concluyó estudios de bachillerato, lo que le dio la oportunidad de obtener un empleo como servidora pública en una dependencia municipal en la ciudad donde vivía, desempeñándose como secretaria.
“Tenía buen trabajo y eso me permitía apoyar a mi esposo con el gasto de nuestro hogar, pero lamentablemente todo acabó mal. Desconocidos mataron a mi esposo y a dos de mis hijos y me dejaron sus cabezas en la puerta. La casa también la quemaron. El por qué y quiénes lo hicieron no lo sé”, detalló con un gesto de extrañeza en su rostro.
EN SAN LUIS LA HAN TRATADO BIEN
De no lograr que el Gobierno de Estados Unidos le otorgue asilo humanitario, Gabriela tiene contemplado quedarse a vivir y trabajar en la frontera, al considerar que es un lugar tranquilo para rehacer su vida al lado de su hijo.
“Aquí la gente es muy buena, de eso me he dado cuenta en el poco tiempo que llevo aquí. En el albergue nos han tratado muy bien. Aquí pasamos la navidad y el año nuevo mi niño y yo, al igual que otros migrantes”, señaló.
Durante el tiempo que permanecerá en este municipio, Gabriela desearía poder trabajar, sin embargo, eso no es posible por ahora porque tiene que estar al pendiente y cuidado de su hijo menor, según comentó a este medio de comunicación.