De ser empleados de una empresa dedicada a la venta de “carnitas” de puerco, los hermanos Fidel y Roberto Villagómez Tapia decidieron emprender una propia hace 30 años, para tener oportunidad de obtener mejores ingresos económicos para sacar adelante a sus familias.
Roberto Villagómez platicó que sus padres, al igual que muchas personas originarias de estados del sur de México, tomaron la decisión de venir a la frontera con la esperanza de tener un buen porvenir.
Fue hace alrededor de 50 años que los padres de Roberto llegaron a San Luis Río Colorado trayendo de la mano a 4 hijos y tiempo después nacieron en esta ciudad 5 más, entre ellos, el entrevistado.
PREPARABAN 13 PUERCOS CADA SEMANA
Fidel y Roberto Villagómez trabajaron en un lugar de venta de “carnitas” en donde aprendieron a prepararlas, por eso hace 3 décadas tomaron la determinación de abrir por cuenta propia un negocio similar al que llamaron Carnitas “El Paisa”.
En un local de la avenida Tlaxcala entre las calles 16 y 17 empezaron a atender a los comensales, logrando aclientarse rápidamente ya que mucha gente los identificaba y conocía del negocio de “carnitas” en el cual trabajaron.
Los hermanos Villagómez Tapia tenían criadero de puercos para hacer las carnitas, llegaron a sacrificar a la semana 13 de estos animales porque los clientes eran muchos, contó Roberto.
Luego de varios años de permanecer en la avenida Tlaxcala, Carnitas “El Paisa” cambió de domicilio a la avenida Oaxaca y callejón Tlaxcala y calle Doce donde actualmente atienden, quedando al frente de la empresa su hermano Miguel.
Durante 30 años esta empresa ha logrado conservar a la mayoría de sus clientes, gracias al sabor de las carnitas, buche, cuero, maciza, tripa y costilla de puerco que sazonan con ingredientes especiales.
A LAS 4:00 EMPIEZAN A TRABAJAR
Roberto resaltó que su hermano Miguel, dueño actual, se levanta todos los días muy temprano, alrededor de las 4:00 de la mañana, para iniciar con la preparación de la comida, sobre todo los fines de semana que es cuando más clientes los frecuentan.
Quienes acuden a este negocio son, por lo general, los residentes de esta ciudad, aunque también lo visitan gente de Estados Unidos que piden kilos de carnitas para llevar y disfrutar con su familia en “el otro lado”.
Una de las principales satisfacciones que este negocio les ha brindado es poder sostener económicamente a sus familias y que su papá los vea trabajando en su propia empresa, en la cual colaboró, por algún tiempo, en la preparación de las carnitas.