A los 8 años de edad, Francisco Duarte Olivas aprendió el oficio de bolero, el cual ha venido desarrollando por más de 4 décadas y hoy en día cuenta con un negocio propio en el que están involucrados sus hijos y su esposa.
Francisco Duarte contó que llegó a San Luis Río Colorado cuando tenía 5 años de edad, acompañado de sus padres quienes vinieron a la frontera procedentes del estado de Chihuahua, en busca de mejores oportunidades de vida y aquí se quedaron.
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Recordó que cierto día, a principios de 1980, su hermano mayor recorrió el centro de la ciudad en busca de un empleo y al estar caminando se encontró con un señor que necesitaba a un trabajador que desempeñara el puesto de bolero de zapatos y lo contrató.
“Mi hermano se quedó a trabajar con un bolero. Ahí, en esa bolería, le enseñaron a bolear zapatos y luego él me enseñó a mí. Fue así como aprendí, a los 8 años, y desde entonces me dedico a esto”.
Francisco Duarte añadió: “Empecé a bolear en la vía pública cuando iba a la primaria y así seguí boleando mientras estaba en la secundaria y en la prepa. Luego me fui un tiempo a trabajar a Estados Unidos. Allá estuve dos años y al regresar decidí poner mi propio negocio ya en un local establecido para estar más cómodo. Ya voy para 23 años aquí”.
Comentó que en un principio resultó un tanto complicado emprender un negocio ya que implicó hacer determinada inversión para equipar el local, pago de renta y otros gastos. Además de esperar a que lleguen los clientes, a diferencia de cuando se trabaja en la vía pública que, por lo general, hay mayor flujo de personas por el lugar, es decir, estás más a la vista de las personas y solas llegan a la bolería.
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“En un inicio, cuando recién abrimos el local, tuvimos que promovernos para darnos a conocer más. Poco a poco la gente fue llegando, nos fueron conociendo y así nos hemos ido aclientando”.
Dijo que entre los servicios que se brindan están el boleado de calzado, limpieza de tenis, de bolsas y de gorras, pintado de chamarras de piel, limpieza de interiores de automóviles, entre otros.
UN NEGOCIO FAMILIAR
Gracias al apoyo de su familia, especialmente de su esposa e hijos, el señor Duarte ha podido continuar con este negocio que empezó cuando era niño y del cual está muy orgulloso pues le ha permitido salir adelante y obtener ingresos económicos para solventar los gastos de su hogar.
“Estoy muy orgulloso de ser comerciante, de ser bolero. Este es un trabajo muy noble que me permite hacer lo que me gusta y sacar adelante a mi familia. Conocí a mi esposa en 1995, siendo bolero. En ese tiempo yo trabajaba en la vía pública, en la avenida Obregón y Segunda. Ella siempre me ha apoyado”.
Por último, Francisco Duarte comentó: “Es satisfactorio para mí que la gente nos procure. Tenemos trabajo porque a la gente le gusta como trabajamos y en google nos tienen con cinco estrellas. Llegan clientes que nos dicen que los recomendaron con nosotros. Llegan de Phoenix, Nogales y Tijuana”.