Los migrantes que permanecen en la línea internacional en espera de ser atendidos por autoridades de Estados Unidos, no han tenido la oportunidad de salir a pasear los domingos, como estaban acostumbrados, pues aseguran no tienen dinero para darse ese lujo, si acaso algunos acuden a la iglesia.
Algunas personas llevan más de un mes “viviendo” en la vía pública, instalados sobre la banqueta que conduce a los peatones al otro lado de la frontera, y durante este tiempo no han disfrutado de los domingos familiares como antes.
Por lo general, ese día de la semana es dedicado a pasarlo con la familia, salir fuera a comer, acudir a un centro comercial, ir al cine, visitar a familiares o realizar cualquier actividad recreativa, sin embargo, para este grupo de migrantes eso no es posible, por ahora.
DOMINGOS EN LA “LÍNEA”
Margarito Rosales Martínez, originario de Guerrero, dijo que está en San Luis Río Colorado desde hace poco más de un mes, acompañado de su esposa y de sus cuatro hijos, de 7, 4, 2 y 5 meses de edad, con quienes no ha podido salir los domingos como lo hacían en la ciudad donde radicaban.
“No tenemos tiempo de distracciones, solo pensamos en pasar a Estados Unidos para tener una mejor vida para nosotros y nuestros hijos. Allá, en Guerrero, hay mucha inseguridad por eso no queremos regresar”, externó.
Por otro lado, Marisela Vásquez platicó que hace para ella y sus hijos de 12 y 6 años de edad, los días transcurren en la “línea internacional” debajo de las casas de campaña que improvisaron con lonas y cobijas.
“Con tanto frío que hace aquí, no nos dan ganas de salir, aparte de que no tenemos dinero para ir a comer o de compras. La situación para nosotros no es fácil, por eso no pensamos en diversiones”, destacó.
En este sentido, Martina Ayala, dijo que los domingos camina por el centro de la ciudad y visita la parroquia.