Hace 15 años, con la finalidad de apoyar a su esposo con los gastos del hogar, la señora Esperanza Alejo Martínez inició un negocio propio de venta de “burritos” de guisado en la banqueta, sin imaginar que tiempo después debido a la aceptación que tuvo de sus clientes, atendería en un local establecido.
Esperanza Alejo contó que, en su adolescencia, llegó a vivir a esta ciudad acompañada de su mamá procedentes del estado de Michoacán, en busca de una mejor calidad de vida.
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Dijo que, al casarse y tener hijos, le resultaba complicado trabajar fuera de casa y aunque por unos años fue empleada de una maquiladora, la mayor parte del tiempo, antes de emprender su propio negocio, trabajó limpiando casas y vendía productos por catálogo.
“Aunque mi esposo trabajaba yo siempre veía la manera de apoyarlo porque lo que ganaba no era suficiente para una familia de cinco personas, él, yo y tres hijos. Un día se me ocurrió vender fruta picada y burritos y me empezó a ir muy bien. Fue Dios quien me iluminó para hacer esto”.
Fue así que un día, hace 15 años, Esperanza Alejo se dio a la tarea de ir al supermercado con 250 pesos en la bolsa para comprar todo lo necesario para preparar burritos y también adquirió fruta de temporada.
Recordó que la primera vez preparó 30 burritos y picó un poco de fruta y las metió en hieleras para instalarse en la banqueta de la avenida Revolución y calle Quinta donde permaneció por 8 años.
“Si por mí fuera, ahí me hubiera quedado, pero empezó a ir tanta gente a comprar burritos, champurrado y avena que la policía los empezó a multar porque hacían fila en sus carros de hasta una cuadra y obstruían el paso. Eso me preocupó y para que no molestaran a mis clientes busqué un local para establecerme y desde hace 7 años estoy en el callejón Félix Contreras y Sexta”.
Agregó que la idea inicial era vender fruta picada, pero los burritos de guisado tuvieron tanto éxito que decidió seguirlos preparando. “El primer día hice 30 burritos y se vendieron todos. Me dio mucho gusto. Yo estaba muy contenta. Luego preparé 60 y así fui aumentando la cantidad. Un día alguien me dijo: luego vas a hacer 100 y los vas a vender todos y yo no lo creía, pero gracias a Dios nos ha ido muy bien”.
Por ahora, ofrece en venta burritos de carne con papas, papas con chorizo, jamón con huevo, nopales con carne, chicharrón y frijoles, así como tamales y avena.
Dijo que, al momento de cambiar de domicilio, algunas personas no la ubicaron pronto, por lo que el primer año en la nueva ubicación fue complicado. Las ventas bajaron un poco. Sin embargo, tiempo después sus clientes la localizaron y llegaron nuevos.
“Me siento muy agradecida con Dios porque sin él nada es posible y también estoy muy agradecida con la gente que prefiere venir aquí que ir a otros lugares. Aún conservo clientes desde que inicié hace 15 años”, concluyó Esperanza Alejo.