Más de 100 familias de migrantes mexicanos y extranjeros que permanecen en la línea internacional pasaron la celebración de año nuevo en la vía pública soportando temperaturas cercanas a los cero grados centígrados, quienes indicaron que es la primera vez que atraviesan por esta difícil situación y que extrañan sus lugares de origen.
Este año, las fiestas decembrinas para cientos de hombres, mujeres y niños fueron distintas a lo que están acostumbrados, pues jamás habían estado fuera de sus hogares, pasando frío y hambre.
Cabe destacar que los migrantes están instalados en la banqueta que conduce a los peatones hacia el puerto fronterizo de Estados Unidos, esperando ser atendidos para solicitar asilo político.
EXTRAÑAN LUGARES DE ORIGEN
En entrevista con la pareja formada por Toribio Nestor y Margarita Romero destacaron que hace una semana llegaron a San Luis Río Colorado procedentes de Oaxaca, acompañados de su hija de 7 años de edad.
“Aquí en la calle pasamos la navidad y el año nuevo. Gracias a Dios tuvimos algo de cenar porque la gente nos trajo. Es algo muy triste por lo que estamos pasando, pero tenemos Fe en Dios de que vamos a lograr ir a Estados Unidos para trabajar, porque de plano en México hay mucha pobreza”, expresó.
“Sabemos y estamos conscientes de que en Estados Unidos podemos ser víctimas de discriminación y estamos dispuestos a aguantarnos y adaptarnos al sueño americano para que nuestros hijos tengan mejores oportunidades que las que nosotros tuvimos, que no fuimos a la escuela”, agregó.
Por otro lado, Abidael Uber y su esposa Dominga Arriaga, del estado de Chiapas, comentaron que en año nuevo cenaron tortas de jamón y pizzas, y aseguraron que no desistirán de la idea de cruzar al otro lado de la frontera porque consideran que allá podrán encontrar a un médico que cure a su hijo de 5 años de edad de una rara enfermedad que padece.
Mirna Alonso platicó que llegó a México hace 4 meses y a la frontera norte hace 7 días, procedente de Honduras, acompañada de su hermana, sobrinos e hijo. “Aquí hemos pasado mucho frío, dormimos debajo de estas carpas, pero el viento se mete por todos lados. Ha sido muy difícil el camino que hemos recorrido. Solo esperamos que sí nos reciban en Estados Unidos”.
En año nuevo cenó, al igual que otros migrantes, pizza y champurrado que les ofrecieron un grupo de sanluisinos, a quienes agradeció el apoyo que les han brindado.
En este sentido, Carolina Vásquez puntualizó “No estamos acostumbrados al tipo de frío que hace aquí, que cala hasta los huesos. Nosotros como quiera lo soportamos, pero nuestros niños no”.