Ante el descenso en las temperaturas climáticas que se están registrando actualmente en esta ciudad, familias que residen en colonias de la periferia sufren afectaciones al no contar con viviendas en óptimas condiciones pues algunas fueron construidas con materiales de desecho como madera, cartón y lámina.
San Luis Río Colorado se caracteriza por tener un clima extremo en donde en la época de verano las temperaturas alcanzan los 48 grados centígrados o más y durante el invierno se siente un frío que cala hasta los huesos con temperaturas bajo cero.
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Para las personas que carecen de una casa apropiada para protegerse de las inclemencias del clima, resulta difícil soportar tanto el calor como el frío, sobre todo, porque la mayoría de ellas no cuentan con energía eléctrica al vivir en una zona en donde no hay este servicio y otros más porque el terreno en el que edificaron sus viviendas no les pertenece, es decir, lo invadieron.
Algunos de los sanluisinos que no tienen una casa digna para habitar, carecen de un trabajo fijo, formal, lo que ocasiona que no perciban un ingreso económico seguro y por eso les dificulta construir una casa elaborada con ladrillo, “block”, cemento y otros materiales resistentes que los protejan del frío y del calor.
Las personas que tienen hijos e hijas pequeños señalan que en invierno constantemente se enferman de las vías respiratorias y en verano han llegado a sufrir deshidrataciones. Por lo que los padres de estos niños y niñas desearían tener una casa en óptimas condiciones para comodidad y seguridad de los más pequeños y también de los adultos mayores que son los grupos vulnerables a las enfermedades.
AFECTADOS POR BAJAS TEMPERATURAS
La señora María Guadalupe Juárez, residente de la avenida Bolivia entre las calles 19 y 20, colonia Topahue, comentó que ella y su esposo están acondicionando un cuarto de madera para vivir. Sin embargo, por el momento, no cuentan con los fondos económicos necesarios para techar.
“Así nos vamos a meter al cuarto, aunque no tenga techo. Ya dormimos aquí hace unos días, pero teníamos mucho frío y nos fuimos a dormir a la casa de mi consuegra, pero pues no podemos estar todo el tiempo allá”.
Indicó que por ahora ella no tiene empleo y aunque su esposo es albañil no siempre tiene trabajo.
Por su parte, la señora Francisca Lara, vecina de la avenida Dominicana A y calle 18, dijo que tiene su domicilio en este lugar desde hace 7 años. “Mi casa la construimos con pedazos de madera. En tiempo de frío se cuela lo helado por todos lados. Pongo una olla con agua en la estufa para que se caliente el cuartito donde dormimos o a veces hacemos lumbrada en el patio”.
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“En la noche para dormir, pues nos echamos más cobijas, no hay de otra. Tapamos bien a mis nietos, ellos están chiquitos y se enferman más que nosotros. Ellos sufren más por el frío. Pobrecitos”, resaltó Francisca Lara.
El señor Pedro García externó que él mismo construyó su casa con madera y lámina. “Conseguí pedazos de madera. Me los encontré en la calle, por eso no quedó al 100% mi casa. Tiene partes donde le falta tapar. Voy a ver cómo le hago ahorita que ya empezó a hacer más frío. A veces no puedo ni dormir. Es un frío que cala hasta los huesos”.