El joven Heriberto López Gutiérrez, de 16 años de edad, dedica su tiempo libre a servir a la sociedad a través de la labor que realiza como integrante del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de San Luis, él hace un llamado de atención a los adolescentes para que participen en este tipo de corporaciones y se alejen de pandillas y adiciones a las drogas.
Entrevistado este domingo en las instalaciones de la base operativa de los bomberos “rojos” localizada en el callejón Juárez y la calle Quinta, a donde acude con regularidad, Heriberto López platicó que fue hace un año cuando se incluyó en las filas de esta corporación.
Fue a los 15 años de edad cuando empezó su preparación como bombero, participando en cursos dentro y fuera del Cuerpo de Bomberos Voluntarios; capacitación que no ha dejado debido a que considera importante mantener actualizados sus conocimientos.
Heriberto López terminó la secundaria y por ahora está dedicado a trabajar en una refresquería y a participar como voluntario en los Bomberos, los estudios los ha suspendido, pero no pierde la esperanza de poder continuarlos para cursar la carrera de técnico en urgencias médicas para convertirse en paramédico y también le gustaría ser policía.
“En un principio, cuando les dije a mis papás que quería entrar a bomberos, mi papá no me apoyó porque tenía miedo. Él tenía la idea de que esta es una labor arriesgada y sí, efectivamente así es. Pero si lo haces por gusto y con interés de ayudar a la gente, ese riesgo no importa”, externó el joven.
“Ahora mi papá se siente orgulloso de que yo sea bombero. Él es chofer de una ´pesera´ y a veces pasa por aquí, por la estación, y me ve saliendo en la ´bombera´ y creo que eso le gusta, el verme en acción”, resaltó.
“Es indescriptible la sensación que me provoca el llamado de emergencia, en ese instante empieza a correr adrenalina por mi cuerpo y me preparo para salir de inmediato, con mis compañeros, a atender a quien está en riesgo”, explicó.
López Gutiérrez lamentó que algunos jóvenes de su edad se inmiscuyan en problemas de pandillas, vandalismo, delincuencia organizada y adicciones a las drogas, pues consideró que ellos no deben estar “metidos” en situaciones negativas.
“Cuando voy a las escuelas a dar pláticas de orientación a los niños, me siento muy bien de que ellos me admiren y me vean como un ejemplo a seguir. Además, cuando la gente a la que auxilio me da las gracias, siento que todo el esfuerzo y riesgo que esta labor implica vale la pena”, puntualizó Heriberto López.
Así como Heriberto López otros adolescentes y jóvenes pueden pertenecer a esta institución en la cual aprenden y refuerzan valores como la solidaridad, caridad y disciplina.