En la asociación de ciegos y débiles visuales “Enciende una luz en tu vida” (ENULUVI) se brinda la oportunidad a las personas con discapacidad visual de aprender a elaborar manualidades y repostería; también se les enseña a dar masajes relajantes, a utilizar el bastón para ciegos y se les integra en diversas actividades, por lo que invitan a los sanluisinos a formar parte de esta agrupación.
Desde hace 14 años, la asociación recibe el apoyo de la agrupación Corazones Compasivos integrada por personas que residen en Estados Unidos.
Griselda Rodríguez quien es asistente de la fundadora y presidenta de ENULUVI, Linvania Reyes, informó que gracias a “Corazones Compasivos” fue posible construir un edificio en el que se reúnen personas ciegas y débiles visuales, ubicado en la avenida Lázaro Cárdenas entre las calles 32 y 33.
“Corazones Compasivos vienen eventualmente a visitarnos y eso nos da mucho gusto. Papá Harold es quien representa a esta agrupación integrada por gente de Estados Unidos”, señaló Griselda Rodríguez.
En esta agrupación se reciben personas con discapacidad visual. “Por lo general, cuando llegan aquí llegan frustrados, deprimidos y tristes porque han perdido la vista. En realidad, son personas muy valientes porque se animan a salir de su casa y al venir con nosotros, a ENULUVI, se dan cuenta que no son las únicas personas que están pasando por esta situación. Aquí se sienten acompañados, comprendidos. Venir les sirve de terapia porque son escuchados y escuchan los testimonios de otros compañeros y se dan cuenta que la vida sigue”.
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Los hombres y mujeres que pertenecen a esta asociación aprenden a elaborar manualidades y repostería; también se les enseña a dar masajes relajantes, a utilizar el bastón para ciegos, se les integra en diversas actividades y se les sirve un refrigerio.
Griselda Rodríguez comentó que se integró a esta asociación hace 15 años, debido a que su hija a los 9 años de edad perdió la vista. “Uno llega a este lugar (ENULUVI) sin saber cómo tratar el dolor y yo me preguntaba cómo puedo ayudar a mi hija que a los 9 años quedó ciega y ahora tiene 24 años. Aquí mi hija se sintió comprendida y apoyada, aquí aprendió a usar el bastón”.
Para finalizar, hizo un llamado a las personas ciegas y débiles visuales a que formen parte de esta asociación, a quienes recomendó que se integren cuanto antes, asistiendo al centro de reuniones de la avenida Lázaro Cárdenas.