En el lapso de calor, además de una natural temporada baja, el comercio sanluisino se ve en la necesidad de pagar hasta tres o cuatro veces más por el consumo de energía eléctrica que normalmente paga en invierno.
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Las altas temperaturas que llegan hasta los 45 grados centígrados, obligan al comercio, por menor que sea, a tener sus establecimientos con el aire acondicionado encendido para el momento en el que llegue su cliente, lo que se traduce en costosos recibos de la luz a pagar puntualmente cada mes.
Andrea Pérez, propietaria de un establecimiento de elaboración y venta de alimentos, compartió que en verano paga alrededor de 2 mil 600, cuando en invierno, el recibo mensual no supera los 600 pesos.
“Lo que hacemos para ahorrar un poco de luz, es utilizar los menos posible el microondas, las calentadoras de agua e incluso, el aire acondicionado lo prendemos cuando está por llegar el cliente”, dijo.
Yadira Martínez, encargada de un gimnasio, dijo que en verano el recibo es al menos tres meses mayor que en invierno, por lo que tienden a cerrar las puertas al menos en las horas pico del calor.
INVIERTEN A FUTURO
Si sus finanzas se lo permiten, los comerciantes pueden invertir en la instalación de una subestación trifásica, que a largo plazo se convierta en una herramienta para reducir los costos de energía eléctrica.
Luis Valtierra, empresario local dijo que desde hace año optó por una subestación en su comercio, con lo que ha visto aminorar el pago mensual de la luz.
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Aunque el costo de una subestación trifásica es tan elevado que ronda en los 300 mil pesos es una inversión a la que los comerciantes deben de recurrir, así lo destacó la empresaria Marcia Espinoza, al destacar que es así cómo ha logrado controlar el pago de dio gasto corriente, que se suma al del agua potable, el drenaje, el teléfono e internet, el pago a empleados y en ocasiones, la renta.