Por la contingencia sanitaria y consecuencias como la falta de pasaje, el sistema de peseras de la ciudad se enfrenta a lo que posiblemente sea un período de quiebra, pues solo ocho están en funcionamiento y alrededor de 125 unidades se encuentran paradas a falta de pasaje.
Así informó el dirigente de la Unión de Permisionarios, Jorge López Verduzco y agregó que “solamente andan trabajando tres rutas, de dos a tres unidades por cada una. A causa de la pandemia se paró el servicio de transporte urbano, se acabaron los estudiantes y muchos dejaron de trabajar, por eso se detuvo”.
Señaló que la situación al paso de un año es muy desalentadora, porque no han tenido apoyos de ningún tipo de los tres niveles de gobierno, lo que también los ha perjudicado.
Dijo que ellos habitualmente tienen que dar una cuota fija al gobierno del estado de 485 pesos mensuales, y muchos de los permisionarios deben mucho dinero, desde hace más de un año.
“Si el gobierno dijera que nos va a entregar una determinada cantidad, o que el pago de la cuota quedaría exento y se diera borrón y cuenta nueva, es posible que pudiéramos salir adelante un poco, pero así no es posible hacerlo”.
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Comentó que quizás lo único bueno que les ha ocurrido últimamente, es que han podido sacar para la gasolina, ya que antes ni siquiera para eso obtenían ganancias; aunque los choferes le ponen entre 500 y 600 pesos diarios para poder mover las unidades.
“A veces, no todos los días, completamos para la gasolina, unos 100 o 200 pesos, pero nada más”.
Muy pocas peseras circulan por falta pasaje, por lo que piden al gobierno que los impuestos derivados de sus oficios queden “congelados”, hasta que se recupere el sector transportista