En los años cincuenta, en San Luis Río Colorado, con cierta regularidad se miraban pasar hatos de ganado bovino de aproximadamente 100 cabezas o más, conducidas por tres o cuatro vaqueros por la parte Sur de la ciudad, a la altura de lo que hoy es la avenida Tamaulipas.
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Las manadas de animales provenían de los ranchos de Sonoyta o Caborca y también de algunas zonas ganaderas del desierto Altar, que eran llevadas a corrales de engorda ubicados en Mexicali y al rastro sanluisino.
Así lo escribió Ramón Noriega Rascón en su libro “Historias y narraciones del viejo San Luis Río Colorado. Un puente a nuestro pasado”, en el que narra que ese extraordinario espectáculo de decenas de vacas caminando por las calles de terracería, similar al que se presenta en las producciones cinematográficas estadounidense, resultaba atractivo para los niños y niñas de aquellos tiempos.
Por lo general, esto ocurría por las tardes y es muy probable, destaca el escritor, que el ganado que cruzaba nadando el Río Colorado, sufriera algunas mermas o pérdidas por las fuertes corrientes de agua, con la consiguiente preocupación de los vaqueros por evitar que el “Colorado” les arrebatara una o más bovinos.
PRINCIPALES CONSUMIDORES DE CARNE
Los cowboys y sus manadas salían en las noches de luna llena para aprovechar la claridad en el desierto y cuando llegaban a la Laguna Prieta, descansaban y dejaban pastar el ganado y a la siguiente noche reanudaban el camino guiado por la luz nocturna.
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Cuando el ganado olfateaba el agua, corría hasta llegar al agua donde los vaqueros se quedaban con sus animales por unos días, dando tiempo para que los conductores de la manada presentaran las guías fitosanitarias y reponerse un poco antes de cruzar las poderosas corrientes del Colorado para dirigirse a Mexicali, donde se engordaba lo que quedaba del hato durante unos días, antes de mandarlo al rastro.
Ramón Noriega resalta que los principales consumidores de la carne sonorense eran los miembros del Ejército de Estados Unidos y las clases medias y pudientes de Mexicali.