A principios de la pandemia por Covid-19, Francisco Javier Cruz Rodríguez se quedó sin empleo y luego de varios días de analizar qué haría para poder trabajar nuevamente, optó por pedirle a un amigo que le enseñara a hacer queso tipo Trincheras, con la idea de emprender un negocio propio.
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Desde hace 7 años, Javier Cruz reside en esta frontera, pero cuando empezó la crisis sanitaria se fue a pasar un tiempo a la ciudad de Magdalena, Sonora, en donde aprendió a elaborar queso para quesadillas.
Tras contagiarse de coronavirus y lograr recuperarse, Javier obtuvo la fortaleza necesaria para regresar a San Luis Río Colorado para abrir un negocio de fabricación y venta de queso cocido, hecho artesanalmente con leche de vaca recién ordeñada.
Confesó que al iniciar con esta labor no tuvo buenos resultados ya que los quesos no tenían el sabor, consistencia y calidad que él deseaba, sin embargo, no se dio por vencido y siguió practicando hasta que obtuvo el resultado esperado.
Anteriormente hacía 40 litros de leche cada tercer día y en la actualidad hace quesos utilizando 120 litros, pero su meta es llegar a los 200 litros y tener un lugar establecido para venderlos, además de que tiene en mente exportarlos a Estados Unidos, aunque por ahora todos los días recorre las calles en busca de clientes, permaneciendo por determinado tiempo en gasolineras y supermercados.
Los quesos que ofrece son blancos o con chile chiltepín y son utilizados, por lo general, para hacer quesadillas ya que es tipo Trincheras.
Señaló que invierte alrededor de 5 horas en la preparación de los quesos cocidos, los cuales empieza a elaborar a las 6:00 de la mañana, hora en la que acude a un rancho del valle a traer la leche “bronca” de vaca.
La preparación la hace en su casa en una estufa convencional que tiene instalada en el patio, apoyado por su nieto de 15 años quien está aprendiendo a hacer estos quesos que son tradicionales en ciudades sonorenses como Trincheras, Ures y Rayón.