Las tradicionales tortas de “La lupita” se han mantenido enel gusto de la gente desde 1952, y aunque no ha sido fácil elsostenimiento del negocio debido a la crisis económica y lacompetencia, se siguen vendiendo.
El señor Enrique Hernández contó que, aunque la refresquería“Lupita” se inauguró a principios de los años 50´s, él sehizo cargo de ésta en 1976, luego de que su tío le traspasó elnegocio.
En este tiempo la refresquería, ubicada sobre la calle Cuartaentre la avenida y el callejón Kino, estaba muy aclientada,principalmente de alumnos del Instituto Kino y de la escuelaprimaria Abelardo L. Rodríguez, así como de los empleados de losbancos, de dependencias de gobierno y de empresas del centro de laciudad.
Con el paso de los años, a los estudiantes les prohibieron quesalieran de la escuela en el horario de clases, por ejemplo, en elInstituto Kino construyeron una barda y cerco perimetral, cuandoanteriormente no había nada.
“Los jóvenes del Kino venían mucho a comprar aquí, antes notenía cerco la escuela y ellos podían salir y entrar en elhorario de clases. Luego les prohibieron las salidas y fue ahícuando bajó la clientela, los muchachos eran de losprincipales”, expuso Enrique Hernández.
Desde sus inicios, en la refresquería se venden tortas deBolonia, que son las favoritas de la gente que visita este negocio;además de las malteadas con el característico sabor que le da elhielo, la esencia de sabor que se le pone a los raspados, la lecheevaporada y la canela molida, a diferencia de las que llevan lechede galón y nieve.
Los raspados fueron también uno de los principales atractivosde la refresquería “Lupita”, pero a lo largo de 65 años lastortas de Bolonia han sido las más buscadas por la gente, dijoEnrique.
No ha sido fácil salir adelante con el negocio, ya que en losúltimos años han surgido nuevos establecimientos de venta decomida en el primer cuadro de la ciudad, aunado a la crisiseconómica por la que el país atraviesa en la actualidad y a lacompetencia de grandes refresquerías.
Algunos de los clientes de las tortas “Lupita” sonpolíticos y funcionarios públicos que trabajan en el PalacioMunicipal, quienes muy seguido, casi a diario, van a desayunartortas de Bolonia, acompañadas de un refresco.
“Ahora no se gana mucho en el negocio, pero si sale para irlapasando. Ya no es como antes, pero seguimos aquí, atendiendo a losclientes que por años nos han visitado”, apuntó EnriqueHernández.