Al finalizar la década de 1950 y comienzo de 1960 inició el despegue económico de San Luis Río Colorado, auspiciado por el tesón y el esfuerzo de sanluisinos y de otras personas que llegaron procedentes del interior del estado y de la República Mexicana, quienes fueron auténticos vencedores del desierto.
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Otro sector de la población que propició el crecimiento de la economía de esta ciudad fueron los emigrados y “mojados” que viviendo en la localidad se desplazaban diariamente o durante determinadas temporadas para trabajar en los campos agrícolas de Estados Unidos de Yuma, Arizona y de los estados de California, Washington y Nuevo México.
GENERARON DESARROLLO
Así lo escribió Ramón Noriega Rascón en su libro “El viejo San Luis Río Colorado. Un puente a nuestro pasado”, en el que relata que, ante tal desarrollo de este municipio, las fiestas de toros que desde 1955 se habían vuelto tradicionales y un imán para atraer turismo norteamericano a un lugar que tenía años perdido en la inmensidad del desierto de Sonora.
En los cincuenta empezó a surgir aquí la vida nacional gracias a la confluencia de acontecimientos históricos como la inauguración del ferrocarril Sonora-Baja California 10 años atrás, es decir a mediados de 1940. Así como el hecho de que en 1958 el H. Congreso del Estado le confirió la categoría de ciudad, sobresaliendo en ese período el gran auge económico.
Ramón Noriega señala, además, que el bienestar económico se debió también a la explotación del algodón, fibra que por haber alcanzado altos precios en el mercado mundial era llamada “oro blanco” que en el valle de San Luis Río Colorado se producía con calidad mundial.
Asimismo, una obra importante que se llevó a cabo en ese período, 1960, fue la terminación e inauguración de la carretera federal que comunica a San Luis Río Colorado con Santa Ana y posteriormente, en 1964, la conclusión del moderno y sólido puente que a través del Río Colorado comunica a Sonora con Baja California.
Ese “boom” o rápido y sostenido crecimiento económico hacía vislumbrar un promisorio futuro a la naciente ciudad fronteriza.
En los cincuenta empezó a surgir aquí la vida nacional gracias a la confluencia de acontecimientos como la inauguración en 1940 del ferrocarril Sonora-Baja California
Otro sector que propició el crecimiento de la economía fueron los emigrados que se desplazaban por temporadas a Estados Unidos para trabajar en los campos agrícolas
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