El señor Ceferino Nicolás Agustín Elosia, originario del estado de Veracruz, llegó a esta ciudad hace 8 años en busca de un mejor porvenir. Actualmente trabaja como velador y durante el día recorre las calles para vender dulces que él mismo prepara.
Para Ceferino la vida no ha sido fácil pues cuando cumplió 7 años de edad su padre falleció. Tal situación lo obligó a empezar a trabajar en el campo cuidando vacas, cerdos y borregos.
“Fue mi abuelo Juan Agustín, que era papá de mi mamá, quien me enseñó a trabajar. Yo nunca fui a la escuela porque desde niño tuve que trabajar para ayudar con los gastos de la casa, luego de que murió mi padre”, externó nostálgico.
SE DEDICÓ A LA MÚSICA
Platicó que nació en Veracruz, Veracruz. Ahí vivió su infancia y juventud. Hasta que emprendió un viaje a varios estados del país acompañado por un grupo de amigos con quienes compartía el gusto por la música.
“Déjame contarte que mi abuelo Juan Agustín era músico y de él aprendí a tocar diferentes instrumentos como el violín, saxofón y guitarra. Formamos un grupo y tocábamos un poco de todo, huapangos, cumbias y corridos”, expuso.
En el tiempo que integró la agrupación musical, Ceferino Nicolás se presentó, junto con sus compañeros, en diversos escenarios y plazas públicas de Veracruz, Nuevo León, Hidalgo y Tamaulipas.
“Tengo pensado regresar a Veracruz un día. Hace muchos años que salí de ahí. Allá está mi mamá y hermanos. Ojalá pueda volver pronto. Me gustaría reencontrarme con mis amigos músicos para tocar otra vez”, señaló.
RECORRE LA CIUDAD
En San Luis Río Colorado logró colocarse en un trabajo de velador, el cual combina con la venta de dulces en una jornada que inicia a las 8:00 y termina a las 19:00 horas todos los días sin importar si hace frío, calor, llueve y hay tormenta de arena.
Los productos que ofrece en venta son el tradicional postre mexicano conocido como “ponteduro” que él mismo elabora usando maíz palomero, aceite, agua y piloncillo; así como otros que se fabrican en Jalisco, entre los que mencionó las banderitas de coco, pipitorias, jamoncillos y cacahuates garapiñados.
La época de invierno es mejor para las ventas, ya que aumenta el número de clientes que se acercan a Ceferino, a diferencia de la temporada de verano en que disminuyen, sobre todo, todo en los periodos vacacionales.
Ceferino Nicolás camina durante horas, no sabe cuántos kilómetros recorre a diario, pues dice que es imposible contarlos porque son demasiados. En ocasiones, se detiene a descansar bajo la sombra de un árbol y aprovecha para beber un poco de agua natural o tomarse un refresco y, posteriormente, seguir con la venta de dulces.