Las más de 60 personas que trabajan en la pepena de basura en el relleno sanitario ubicado al sur de la ciudad, corren el riesgo de contagiarse de Covid-19 al tocar desechos como cubrebocas y otros que pudieron estar en contacto con gente infectada del virus, por lo que piden a la comunidad tener cuidado a la hora de deshacerse de estos insumos.
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En este sentido, Rosa Rentería, dedicada a la pepena de basura hace 22 años, indicó que tanto ella como sus compañeros utilizan equipo de protección personal como guantes y cubrebocas.
“Desde antes de la pandemia nosotros ya nos protegíamos. Siempre lo hemos hecho. Sabemos que este trabajo implica riesgos porque andamos entre los desechos, entre la basura”, externó.
Aunque, dijo, no es común encontrarse cubrebocas o guantes entre la basura, hizo un llamado de atención a los sanluisinos para que los coloquen en bolsas marcadas con leyendas que indiquen que es material peligroso.
Rosa Rentería señaló que no tiene conocimiento de compañeros de trabajo que se hayan enfermado o fallecido por Covid-19, a pesar de que en el relleno sanitario trabajan también personas de la tercera edad.
Agregó que funcionarios públicos de la Secretaría de Salud se acercaron a los pepenadores de basura al inicio de la crisis sanitaria para orientarlos en el tema de prevención del nuevo coronavirus y les entregaron guantes, tapabocas y gel antibacterial.
DURANTE LA PANDEMIA NO HA TRABAJADO
Por otro lado, Elvira Peña, de 66 años de edad, pepenadora desde hace más de 30, comentó que dejó de ir a trabajar al relleno sanitario cuando empezó la contingencia sanitaria por el riesgo que implica para ella como persona de la tercera edad.
Resaltó que los pepenadores siempre han tenido precaución a la hora de hurgar entre los desechos, pues están conscientes que pueden encontrarse materiales y objetos peligrosos que les pueden causar heridas o contagiarlos de alguna enfermedad. Sin embargo, hasta el día de hoy no han tenido problemas de este tipo.
“Me ha tocado ver basura de hospitales como cubrebocas, jeringas y envases vacíos de sueros, pero obviamente no las tocamos. Entre todos los compañeros nos cuidamos”, concluyó Elvira Peña.