Aunque los diferentes tipos de violencia contra la mujer siempre han existido, durante la pandemia emanada del Covid-19, ésta ha crecido exponencialmente, lo que se debe a que las féminas pasan mayor tiempo en casa.
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Al menos en los que va de abril del 2020 a marzo del presente año, el Instituto Sonorense de la Mujer (ISM) en San Luis Río Colorado ha sido testigo de cómo las agresiones verbales y físicas al gremio femenino han aumentado.
En el lapso en mención, al menos un 80% ha crecido el interés de mujeres que tras ser lastimadas emocional, sexual, económica y físicamente se han acercado a la dependencia buscando ayuda al sentirse desprotegidas en casa.
El tipo de violencia que mayormente se ha detectado localmente durante la crisis salubre es la psicológica, que va desde los insultos, las burlas y frases para manipular la estabilidad emocional de las mujeres.
En segundo lugar, aparece la violencia física que va desde pellizcos, jalones, mordeduras, golpes contra algún mueble o con un objeto, o golpes directamente al cuerpo y cara. Y en tercer lugar, va la violencia sexual, que se da al momento en que el hombre obliga a la fémina a hacer alguna actividad intima que ella no desea, llámese penetración, manoseos o hacerla participe indirecta de algún acto sexual.
ADULTAS MAYORES, LAS MÁS VIOLENTADAS
Al pertenecer al sector de mayor vulnerabilidad ante la pandemia, las mujeres en el rango de la adultez son las que mayormente han sido violentadas en dicho periodo, no solo por sus parejas, también por sus hijos e incluso los nietos.
“Nos han llegado casos de mujeres adultas golpeadas o amenazadas por sus propios hijos y por sus parejas o demás gente que vive en casa, y es que ellas (adultas mayores) son quienes desde iniciada la pandemia, han permanecido en confinamiento y en muchas ocasiones sobre ellas se descarga el estrés y la ansiedad de los que tienen actividades fuera”, compartió la coordinación regional del ISM.
El ente de gobierno estatal sugiere a las mujeres que han sido o actualmente son víctimas de violencia en sus diferentes modalidades, buscar ayuda, desde psicológica hasta legal, ya que, la experiencia indica que un agresor aumenta paulatinamente sus formas de actuar en contra de las víctimas, por lo que es necesario ponerle un freno.
En lo que va de la pandemia, localmente hasta un 80% han aumentado las atenciones del ISM a mujeres que han sido violentadas de manera emocional, sexual, económica y físicamente.