Desde que tenía 8 años de edad, María de Jesús Olivarría se dedica al comercio, pues a esa edad empezó a vender comida preparada para ayudar a su madre a solventar los gastos del hogar.
Actualmente, María de Jesús tiene 62 años y ahora atiende un negocio propio de venta de “burritos” de guisado y desayunos en un puesto fijo que está ubicado en la avenida Juárez y calle Tercera, en las inmediaciones del parque Benito Juárez.
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Contó que durante su niñez vivió en el estado de Nayarit en donde se inició como comerciante ya que a los 8 años de edad vendía tamales, raspados y nopales para ayudar económicamente a su mamá.
“Desde niña empecé a vender comida. Me gusta mucho el comercio, ya tengo muchos años en esto, más de 50 y sigo disfrutando lo que hago. Me gusta la atención al cliente. Creo que cocino bien porque a la gente le gusta lo que preparo, me lo han dicho”.
La señora Olivarría recordó que a los 15 años de edad llegó a San Luis Río Colorado, acompañada de su familia, en busca de mejores oportunidades de vida. “Allá en Nayarit progresaba la gente que tenía tierras, parcelas. Por eso nosotros nos venimos a la frontera, para buscar mejores oportunidades y bendito Dios estas se nos han dado”.
La comerciante platicó que en el momento que llegó a esta ciudad, siendo adolescente, además de ir a la escuela, trabajaba en una casa y posteriormente fue empleada de una tienda local.
“Tuve varios trabajos y después mi mamá empezó a hacer tamales y yo los vendía. Luego me fui a vivir a Estados Unidos, dos años y luego a Tijuana. Ahí, en Tijuana, vendí elotes cocidos y también hacía bufandas, gorros, pantuflas y moños tejidos”, externó.
Años más tarde, María de Jesús regresó a San Luis Río Colorado para trabajar en una fonda, pues aseguró que disfruta mucho cocinar.
Hace un año emprendió un negocio propio en las instalaciones del parque Benito Juárez en el cual ofrece a sus clientes burritos de diferentes guisados entre los que mencionó: bistek ranchero, carne de puerco con nopales, chicharrón en salsa verde, picadillo, chori-pollo, machaca y otros, así como desayunos completos.
La emprendedora consideró que la base del éxito de cualquier tipo de negocio es la constancia y la buena atención que se brinde a los clientes a quienes siempre se debe otorgar un trato amable.
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Para la comerciante resulta satisfactorio ser su propia jefa, trabajar por su cuenta ya que eso le permite administrar e invertir su tiempo de la manera que más le conviene y, sobre todo, dedicarse a una de las actividades que más disfruta, cocinar.
“Para poder perseverar es importante la constancia en lo que hacemos y también tratar bien a nuestros clientes, recibirlos con una sonrisa. Dejar los problemas en casa”, puntualizó María de Jesús Olivarría.