En atención a la pandemia a partir del Covid-19, las deportaciones de migrantes de origen centroamericano han sido temporalmente permitidas por la frontera que divide a San Luis Río Colorado del Condado de Yuma.
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Por lo anterior, desde antes de mediados del presente año, por San Luis Río Colorado han sido expulsados de Estados Unidos (luego de ser sorprendidos en su cruce o estadía ilegal) cientos de migrantes originarios del El Salvador, Guatemala y Honduras, cuando anteriormente éstos eran llevados hasta la puerta de su país de origen.
Esto se debe a un trabajo en colaboración por parte del Instituto Nacional de Migración y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Arizona, ya que desde tiempo atrás, la agencia estadounidense en mención hizo publicó que al buscar enfocar sus esfuerzos a temas del nuevo coronavirus se aplicarían las deportaciones inmediatas, es decir, sin el proceso de detención, si no que los infractores por este tipo de delito serían echados afuera por la frontera más cercana.
De ello, es testigo el personal de la casa del migrante “La divina providencia”, ente ubicado en San Luis Río Colorado y al que le ha tocado atender hasta una decena de migrantes extranjeros por día, aunado a número de connacionales.
“Nos llegan migrantes con señas de haber sido recientemente detenidos por la policía, es decir, con las marcas que les deja el atravesar de manera ilegal por el desierto o por el río Colorado” compartió Martín Salgado Ames, presidente de la benemérita dependencia.
Tras descartar que, según los testimonios, muchos de ellos duran en el refugio al menos tres días en lo que encuentran la posibilidad de volver a su país de origen, aunque hay otros que solo llegan, se bañan, comen y vuelven a intentar cruzar a Estados Unidos, aunque por otra frontera.