Acompañado por sus padres y hermanos, comiendo un plato de la comida tradicional de Cuba, sería una Navidad ideal para Richard Cárdenas, quien hace más de un año se encuentra en México a la espera de cruzar a Estados Unidos con la esperanza de recibir de ese país ayuda humanitaria.
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Este 25 de diciembre sería la segunda Navidad que el joven de 23 años pasa fuera de casa, la anterior, la vivió recién llegado al Sur del país; fue la primera en la que no estuvo acompañado por sus padres, quienes se encuentran en Cuba.
“Las Navidades en Cuba son muy alegres, se reúne la gente, las familias y los amigos y comen puerco; la que pasé en México el año pasado fue muy triste, nunca había estado separado de mi familia, tan lejos de ellos y con ganas de abrazarlos, hoy, esas ganas de verlos y de abrazarlos sigue y es más grande”.
Esta Navidad Richard, junto una veintena de migrantes entre cubanos, guatemaltecos, salvadoreños y hondureños, la pasará en “La Divina Providencia”, refugio donde se encuentran hace casi un año, al llegar hasta la frontera sanluisina en su intento de pasar a territorio norteamericano anotados en la lista para pasar a solicitar asilo humanitario, detenido por la pandemia.
En el refugio temporal los migrantes reciben en Nochebuena una cena especial y si es posible, un regalo de la administración del patronato, pues este año hay una crisis extraordinaria a causa de la pandemia y el recurso es menos.
LA ESPERANZA DE VER A LOS SUYOS, EL MEJOR REGALO NAVIDEÑO
Para Richard, encontrarse en Estados Unidos y tener un trabajo que le permita reunirse con sus padres y hermanos sería el mejor regalo de Navidad, ya que al ver frenado su proceso para cruzar al país vecino por la pandemia a partir del Covid-19 no puede regresar a su natal Cuba
“Me gustaría ir a Cuba y luego regresar a México y luego regresar a esperar en México, pero no puedo volver a mi país y con los míos”, expresó al recordar que salió huyendo de su patria por los problemas político-sociales del dominio público en dicho lugar.
“Mi mejor regalo de Navidad es tener la esperanza de que un día volveré a ver a mis padres y podré abrazarlos, pero esa vez ya no los voy a soltar, no me voy a separar de ellos”.
Mi mejor regalo de Navidad es tener la esperanza de que un día volveré a ver a mis padres y podré abrazarlos
Richard Cárdenas
EL FAVOR DE LA TECNOLOGÍA
A través de videollamadas Richard se reúne con su familia y amigos de Cuba, eso le hace sentir que la distancia entre ambos no existe y por un momento en casa, aunque al colgar la realidad es otra: Kilómetros los separan.
“Así como todos los días los veo, es así cómo voy a pasar la Navidad, viéndolos por medio del teléfono, ojalá por ahí los pudiera abrazar”.
La Navidad de este 2020 sería la segunda que Richard pasa lejos de su casa; su mayor deseo de la temporada es volver a ver a sus padres