Para tener una fuente de ingresos, un grupo de mujeres, quienes se encuentran cumpliendo una sentencia privadas de su libertad en el Centro de Reinserción Social (Cereso) local, crearon un huerto de hortalizas al interior del recinto; frutos que ya han comenzado a comercializar.
En la siembra y cosecha de rábano, ajo, ruda, menta, hierbabuena, chile, orégano, calabaza, ejote, cebolla, sábila y nopal, así como en los cítricos naranja y toronja, las féminas han encontrado no solo una actividad remunerable con la cual ayudar a sus familiares afuera, sino, una tarea voluntaria a la cual dedicar su tiempo y esfuerzo.
“Es como tal una terapia para nosotras, pues durante el día estamos al pendiente del regado, de la limpieza y de la cosecha de lo que vaya saliendo, así se nos pasan más rápido los días que tenemos que estar aquí en el Cereso”, expresó una de las mujeres involucradas en el proyecto, de quien se cuida identidad.
Para otra de ellas, el ver cómo su esfuerzo de meses ha comenzado a dar resultado con la cosecha de diferentes frutos, significa una actividad que la hace sentir productiva, “es una de las cosas que agradezco al estar aquí privada de mi libertad, el tener la oportunidad de aprender algo nuevo y que esto se vuela un motivo para alegrarme los días.
A LA VENTA
A la fecha, la mayoría de las cosechas derivadas del huerto al interior del Cereso se queda adentro para el consumo de las propias féminas privadas de su libertad, sin embargo, productos como el nopal, se han comenzado a comercializar, vendiéndose a granel y las ganancias son en parte para quienes laboran en la parcela y para el mismo mantenimiento de éstas.
“Nosotras mismas lo cortamos, lo limpiamos y empaquetamos y alguien nos ayuda a venderlos afuera, lo que ha significado una entrada de dinero para nosotras”, expresaron las féminas entrevistadas para TRIBUNA DE SAN LUIS.
FEMENIL
Actualmente son un total de 31 mujeres las que se encuentran cumpliendo una sentencia en el área femenil del Centro de Reinserción Social (Cereso)