Los gobiernos de Estados Unidos y de México deben abordar urgentemente el tema del cierre de los cruces fronterizos, para abordar la crisis migratoria sin afectar los flujos de mercancías, ya que esta medida solo genera perjuicios para la economía de ambas naciones.
El dirigente local de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Erick Merino Payán informó que, de forma unilateral, las autoridades de Estados Unidos (EUA) cerraron el lunes pasado los cruces ferroviarios internacionales de Eagle Pass y El Paso en Texas, tras detectar un aumento en el número de migrantes que cruzan la frontera en tren.
“El cierre tiene como propósito redirigir al personal de la CBP para apoyar a la Patrulla Fronteriza en la detención de migrantes que intentan cruzar hacia la Unión Americana”.
Agregó que esto se suma a los cierres en San Diego, San Ysidro, Lukeville y a los ocurridos hace unas semanas en el puente internacional Córdova-Américas, así como a las excesivas revisiones impuestas por Texas, las cuales impactaron el ingreso de mercancías que quedaron varadas y cuyo valor es superior a los 2 mil millones de dólares.
“Cerca del 25 por ciento del maíz amarillo y casi el 63 por ciento de la pasta de soja consumidos en México son importados a través de esos dos cruces”.
Un indicador del impacto negativo lo proporciona Union Pacific, empresa ferroviaria, que advierte que el 45 por ciento de los carros ferroviarios con destino a México atraviesan esos pasos fronterizos, por lo tanto, el reciente cierre de puentes internacionales representa una amenaza significativa de congestión para el tráfico de trenes y más de 10 mil carros de ferrocarril.
Datos a octubre de este año publicados por el Bureau of Transportation Statistics señalan que el 11.5 por ciento del valor de la carga que pasa por la frontera binacional se transporta por tren. Cabe destacar que el 28.2 por ciento del valor de la carga que se transportó por tren fue por Eagle Pass y el 8 por ciento por el Paso.
En conjunto son el 36 por ciento del valor total transportado por tren en la frontera México-Estados Unidos.
Considerando ambos cruces, se transportó un valor de carga promedio diario cercano a 100 millones de dólares, cifra que demuestra la importante pérdida que día a día se genera por su cierre.