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Algunos optan por desasearse de sus propiedades, otros piden prestado y un tanto empeña todo lo que tiene, pero pocos tienen la opción de ahorrar la cantidad de dinero necesaria para salir de casa en la búsqueda del tan anhelado sueño americano.
Es la historia de miles y miles de migrantes que, al buscar llegar hasta la frontera norte de México con la intención de cruzar a Estados Unidos, se despojan de todo.
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Alex Ronaldo Jirón Castro es un joven de 22 años de edad, quien junto a su esposa de 20 años y sus dos niños menores de edad, está actualmente en San Luis Río Colorado.
Recientemente, Alex y su pequeña familia cruzaron dos veces de manera ilegal a Estados Unidos por la frontera que divide al desierto de Yuma, Arizona con el poblado Los Algodones, que forma parte de Mexicali, Baja California, pero que geográficamente está más cerca de San Luis Río Colorado.
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Dos veces cruzaron, y esa es la misma cantidad de veces que han sido retornados por la frontera sanluisina, ya que, de acuerdo con su relato, han sido de manera inmediata regresados al puerto de entrada.
Es ahí cuando a la mente de Alex Ronaldo, viene la pregunta ¿habrá valido la pena? Y es que, para estar hoy a más de 4 mil kilómetros de su casa, en la zona límite entre México y -para muchos- el país más poderoso del mundo, Estados Unidos, no se las vieron nada fácil, principalmente con el gasto que implica migrar de tan lejos.
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“Nosotros nos venimos a la buena de Dios, pues para venirnos con un coyote tendríamos que haber pagado 100 mil pesos por cada uno, pero no los teníamos. Entonces gastamos 32 mil pesos porque nos venimos por nuestra cuenta”
Dedicado a la albañilería, a Alex Ronaldo apenas le alcanzaba para sacar adelante a su familia y tristemente, para cumplir con la cuota que, nos contó, grupos de la delincuencia organizada le pedían por semana a cambio de no atentar contra él y los suyos.
“Todo lo que yo tenía lo tuve que vender pues sabemos que al salir huyendo lo que se queda está perdido”.
Pero justo al llegar a la frontera norteamericana, ese dinero que tanto trabajo les costó conseguir, se acabó, entre los gastos del transporte, hospedajes, comidas, medicamento e incluso, mucho del monto les fue arrebatado por policías que, en el camino, se lo quitaron.
“Nos quedamos sin dinero y tuve que pedir prestado a un familiar que me dio un poco, para poder llegar hasta la frontera de Los Algodones”.
Para apreciar un poco más, cuánto dinero les cuesta a los migrantes hondureños el salir de su patria para llegar hasta la frontera norte sin la supervisión de un traficante o “coyote”, le preguntamos a Alex, en promedio cuanto deben de ahorrar, de no tener la posibilidad de vender algún bien que les permita obtener de golpe una cantidad similar a los 35 mil pesos.
Por ejemplo, el sueldo semanal de un trabajo estándar en Honduras, da solo para el pago de la luz, e agua y los alimentos, y deja muy poco margen de ahorro, es por ello es que, en aquel país, la mayoría de los que tienen propiedades o al menos una vivienda propia, es porque se beneficia de las remesas de sus familiares en Estados Unidos o se dedican a labores poco honrosas.
“En dos meses que para que uno trabaje en Estados Unidos uno puede comprar un lote en Honduras y en seis meses más uno se hace una buena casa, por eso es que uno ambiciona llegar a Estados Unidos”, contó.
Ante la situación incierta, Alex y su esposa, han considerado la opción de quedarse en México y pedir asilo político de este país, porque regresar a Honduras no está en sus planes.