Luego de ser deportado de Estados Unidos a México un par de veces en menos de un mes, el joven Abel ha vivido una de las peores experiencias de su vida, al atravesar la zona desértica que divide a Baja California y Sonora de Arizona a la altura del Condado de Yuma, una frontera cada vez más vigilada y que con las temperaturas mayores a los 40 grados, se agudiza.
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Aunque sus familiares hoy radicados ilegalmente en California le habían comentado que cruzar de forma irregular por Yuma era fácil al hacerlo por el río Colorado, las altas temperaturas lo han complicado todo, pues la travesía de llegar hasta un lugar seguro del lado norteamericano requiere de soportar los fuertes rayos del sol, el calor intenso, pasar hambre y sed por varios días, al intentar pasar desapercibido ante los ojos de la Patrulla Fronteriza del sector en mención.
“La primera vez que intenté cruzar (finales de junio) me perdí junto a otros migrantes por el desierto y casi nos morimos de sed y de calor, pero cuando ya no aguantábamos, llegó la Patrulla a rescatarnos, pero también se encargó de regresarnos a México por San Luis Río Colorado”, compartió.
Tras un primer intento fallido, en menos de dos semanas, éste junto a otro grupo de migrantes volvió a aventurarse tras el “sueño americano”, sin imaginarse que esta vez apenas habrían logrado pisar suelo estadounidense cuando ya serían detectados por la Patrulla Fronteriza y por más que intentaron esconderse, no lo lograron, por lo que fueron capturados por los agentes, quienes en breve los repatriaron, de nuevo por la frontera sanluisina.
DEAMBULA POR SAN LUIS RÍO COLORADO
La experiencia de cruzar de forma ilegal a Estados Unidos, además de dejar sin un solo peso a Abel, le causó heridas en la piel por las quemaduras del sol y llagas en los pies por el tiempo que caminó en la arena.
“Hoy estoy en San Luis Río Colorado sin saber que voy a hacer de mi vida, ya vi que entrar a Estados Unidos no es fácil, pero tampoco puedo volver a mi ciudad de nacimiento porque antes de venirme lo empeñé todo y no tengo dinero para sacarlo”.
Aunque cuando recién fue deportado, recibió ayuda de la casa del migrante “La divina providencia”, hoy deambula por el centro de la ciudad buscando la manera de volver a reunir una cantidad de dinero para trasladarse a otra frontera e intentar de nuevo llegar al conocido como el país más poderoso del mundo.
DEPORTACIONES A LA BAJA
A decir por Martín Salgado Ames, presidente de “La divina providencia” apoyado con datos del Instituto Nacional de Migración en la ciudad, las deportaciones por la frontera local se han mantenido bajas desde iniciada la pandemia en comparación al comportamiento del fenómeno en temporada de invierno o fuera de la cuarentena.
Por semana Migración suele atender hasta 20 connacionales y extranjeros de Guatemala, Honduras y El Salvador, cuando en otras fechas las cifras de retornados por día se registran de 40 o hasta 50 personas que atraviesan por San Luis Río Colorado, donde pasan al menos algunas horas antes de volver a su lugar de origen o intentar cruzar de nuevo a Estados Unidos.
Como la historia de Abel, son miles los migrantes a lo largo del lado norte de México, que tras el “sueño americano” han dejado todo atrás hasta toparse con una frontera cada vez más vigilada
50 Por ciento han bajado las deportaciones por la frontera entre San Luis Río Colorado y Yuma en lo que va de la pandemia
20 Migrantes por día en promedio registra Migración de connacionales y extranjeros deportados por el Puerto local