Después de pasar por las manos de don Leopoldo Soto Apodaca, por gastados, viejos o sucios que luzcan, los zapatos quedan como nuevos, pues nadie se levanta de su silla sin que la cera, la pintura y las cepilladas se encarguen de devolverles el brillo que les da la apariencia de calzado de revista.
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Aunque actualmente el comercio sanluisino atraviesa por la temporada baja en las ventas, que en su caso se traduce en dos o tres boleadas al día, en temporada alta se “avienta” hasta 12 o 15 por jornada trabajada, de dónde saca para los gastos de la casa y de vez en cuando para un par de “bebidas desestresantes”, contó.
“En temporada de calor a veces ni me persigno, pues no cae nada”, dijo, al hacer referencia a las ocasiones en las que no llega ni un solo cliente a su bolería, ubicada en la Plaza Benito Juárez, sobre la calle Hidalgo, pero en el frío, cuando hay trabajo en los campos agrícolas de Yuma, nos va muy bien a todos”, agregó.
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“Ya ando pisando los 69 años de edad, pero me siento muy bien con mucha salud para seguir trabajando como bolero hasta que Dios me preste vida”, compartió don Leopoldo quien pasa toda la mañana y parte de la tarde en el pequeño cuarto de un metro por dos de ancho que renta para sacarle brillo a los zapatos a cambio de 50 pesos el par.
Contó que hace más de 30 años llegó a esta frontera, proveniente de Sinaloa y aunque en cuanto se instaló en San Luis Río Colorado comenzó a trabajar como albañil, al poco tiempo se empleó como bolero, oficios del que vive y saca para sus gastos corrientes.
BIENVENIDOS TODOS
En la silla de don Leopoldo Soto, lo mismo se atiende a presidentes municipales, regidores, funcionarios de todos los niveles y exitosos empresarios, como a cualquier cliente que desee lustro en el calzado