A mediados de los 80, el descubrimiento de piedras porosas, las que supuestamente formaban el cuerpo de “El pirata”, que fueron desenterradas de un domicilio del poblado del ejido El Fronterizo que está enclavado en la mesa arenosa, al oriente del ejido Independencia, provocó la curiosidad entre los residentes del valle, al grado tal de que le dieron sepultura en el panteón de Luis B. Sánchez, tras ser velado.
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Una cruz metálica de cinco puntas, al parecer de oro o bañada con oro, solicitada por “ánima en pena”, fue instalada sobre la tumba, pero al pasar el tiempo fue robada y actualmente al parecer se observa otra que fue colocada por vecinos del ejido El Fronterizo.
A pesar de que las autoridades, después de los estudios correspondientes determinaran que las formas rocosas no eran de un esqueleto humano, vecinos del valle local las velaron y las llevaron a darles sepultura, como lo había pedido “El pirata” con la promesa de que todos los agricultores tendrían buenas cosechas.
En la fecha del reporte, estaba de encargado de la comandancia de policía en Luis B. Sánchez, Sergio Romero Murrieta, quien recibió el reporte de la señora Carmen, vecina de “El Fronterizo”, la que solicitaba un terreno para sepultar el supuesto cuerpo.
La extraña solicitud se basaba en que, en la sala de su domicilio, su marido había desenterrado las “piedras” que presuntamente formaban el cuerpo, cabeza, extremidades inferiores y superiores.
Apariciones
Días antes del hallazgo, se les aparecía “El pirata”, el cual no les dio nombre alguno, solo solicitaba que sus restos fueran extraídos y llevados a sepultar a un lugar santo.
Debido a que no creían, el desconocido llegó al grado de amenazar con estrangular a uno de sus familiares, por lo que el esposo de Carmen tuvo que cavar muy profundo hasta llegar al ojo de agua, aproximadamente 20 pies, teniendo que sustraer el agua con una motobomba.
Al extraer las supuestas piezas óseas petrificadas, fueron colocadas en la misma posición de un cuerpo humano.
Posteriormente la señora Carmen acudió a la comandancia de policía de Luis B. Sánchez para dar parte, haciéndose el informe correspondiente por parte de la policía, siguiendo instrucciones del Agente del Ministerio Público del Fuero Común.
Los agentes le dijeron que primero se le daría conocimiento al representante social, ya que en caso de que fuera positivo el hallazgo de restos humanos, de momento no se le podía vender el terreno en el panteón, por parte de la comisaría.
Al revisar el inmueble, los uniformados encontraron dentro de la profunda fosa, la motobomba.
La fosa fue hecha, siguiendo instrucciones del fantasma, el cual al darse cuenta que no encontraban el supuesto cuerpo, ordenó que se cavara hacia los costados, siendo así cómo fueron halladas las formas simulando rocas porosas.
Pero al señalar los médicos legistas que las piezas extraídas no correspondían a un ser humano, no se inició la averiguación previa, quedando todo narrado en el informe policíaco.
Carmen y familiares hasta protegieron la tumba en el panteón, con una construcción de ladrillo con techo de cemento, de 1 metro de alto.
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Ahora, se ve abandonada la tumba, ya que anteriormente era visitada por curiosos que al parecer solo trataban de comunicarse con “El pirata”, lo que al parecer no sucedió, porque hasta la fecha no ha sido recibido reporte alguno en la comandancia de Luis B. Sánchez.
La publicación de la acción policíaca en los 80, llegó al grado de que un estudiante del Cecytes hizo una historia que plasmó en un libro.
“El pirata”, fue un hecho real o imaginado... ¿Usted qué opina?