Hasta ahora, ningún chofer de unidad de transporte ha resultado positivo en los exámenes de antidoping que se efectúan regularmente.
El delegado de Transporte, Manuel López Castillo, informó que es un requisito indispensable para obtener una licencia de chofer y tienen que presentarlo por lo menos una vez al año.
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"Al menos, desde que entré a la oficina, no se ha presentado ningún caso positivo, pero eso no quiere decir que no los hay ni lo habrá más adelante".
Externó que cuando se hacen los exámenes y se solicitan los requisitos, siempre se pide un resultado negativo para validarlo.
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Asimismo, dijo que, en caso de que alguien resultara positivo, de inmediato se le suspende de sus labores y se le retira la licencia de operador.
Aunque también ellos tienen la oportunidad de buscar rehabilitarse, deben tomar un curso especial y demostrar que ya no consumen drogas.
“Por lo pronto, lo suspendemos, pero con gusto los canalizamos para que se recuperen y puedan comprobar que ya no son consumidores”.
Los exámenes que se les realiza son para la detección de uso de mariguana, cocaína, heroína y metanfetaminas, que son las más comunes y deben hacérselo por lo menos una vez al año y si es necesario, realizárselo en más de una ocasión.
Comentó que cada auto que se inspecciona, se le solicita al chofer su examen y debe traerlo, para evitar problemas de sanciones, que pueden llegar a los despidos.
Tanto los choferes como los permisionarios deben presentar ese examen, para que se les otorgue la licencia o bien para hacer algún cambio de unidad.
“Incluso, a nosotros cuando entramos nos pedían el examen, teníamos que presentarlo, así de riguroso es ser parte de la dependencia, es parte de lo que nos piden para entrar aquí”.
Cabe señalar que la política de aplicar el examen antidoping tiene relativamente poco tiempo de solicitarse como requisito, cuando mucho 10 años.
Consideró fundamental que se hagan este tipo de exámenes, ya que un chofer que vaya bajo el influjo de las drogas puede ocasionar un accidente serio, poner en riesgo la vida de los pasajeros y la suya, así como la de los transeúntes.
La dependencia, en otras ocasiones, realiza los exámenes sorpresa obligatorios para todos los operadores, sin excepción y en ellos casi siempre había quienes salían positivos, pero eran en cantidades menores.
La mayor cantidad de casos fue de cuatro, por lo que de inmediato fueron enviados a rehabilitación, posteriormente podían volver a trabajar, una vez que hayan superado su adicción.
En caso de ser reincidente, nuevamente podían regresar a rehabilitación, pero si hay un tercer examen positivo, invariablemente queda suspendido de poder operar otra unidad de transporte, por su seguridad.