Testigo del paso migratorio por esta ciudad es la Central de Autobuses, ente que de finales de enero a la fecha ha visto un incremento histórico en la compra de boletos para viajar por parte de extranjeros de diferentes partes del mundo con la intención de llegar a diferentes ciudades fronterizas entre México y Estados Unidos.
Desde que el recién llegado gobierno de Joe Biden anunció la atención a los migrantes con solicitud de asilo político (aunque nunca dijo que serían recibidos de inmediato en la frontera), la Central de Autobuses vende por día entre 30 y 40 boletos a centroamericanos, cubanos, venezolanos e incluso, africanos, que, con su permiso para estar temporalmente en territorio nacional, se acercan para viajar a otros puntos de la frontera norte de México.
“Es una situación extraordinaria que al menos en los últimos años no habíamos visto, pues nos está llegando mucha gente extranjera a este punto. Por la documentación que les pedimos (permiso para transitar legalmente en México) antes de la venta, nos damos cuenta de que son de Guatemala, El Salvador, Honduras, Cuba, Colombia, Venezuela y de África, entre otros”, expresó uno de los encargados de la Central.
“Ellos están viajando a los puertos fronterizos; muchos van a Ciudad Juárez, a Reynosa, a Matamoros y a Tijuana, y en la misma cantidad nos llegan desde esos puntos”, agregó y aportó que, aunque algunos no dominan el español, en la interacción “se las arreglan para darse a entender”.
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Aunque al día la atención a las solicitudes para ayuda humanitaria es mayormente para cubano y venezolanos, el paso ilegal de migrantes a Estados Unidos ha crecido, no solo para quienes van a una respuesta segura, sino también por parte de centroamericanos, aunque éstos al ser detectados son inmediatamente retornados por el puerto de salida más cercano.