Como muchos mexicanos residentes de estados del sur del país que vienen a la frontera en busca de mejores oportunidades de vida, Cecilio Ávila Flores llegó a San Luis Río Colorado en 1965, procedente de Jalisco, acompañado de sus padres y hermanos y aquí encontró el porvenir trabajando como barbero hasta hace 22 meses que falleció.
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Cuando Cecilio se vino a vivir a esta frontera tenía 18 años de edad y empezó a trabajar dando “toques eléctricos” en cantinas donde conoció a un señor de nombre Dolores Salazar quien le ofreció empleo en la peluquería “El deportista” que estaba ubicada en la avenida Obregón entre las calles Primera y Segunda, frente a lo que era el Cine Royal.
En ese establecimiento Cecilio se inició como bolero, pero al poco tiempo aprendió a cortar el cabello y se integró al equipo de barberos y aunque era empleado soñaba con emprender, algún día, su propio negocio.
Invirtió todos sus ahorros
Así lo contó su esposa, María del Rosario Guerrero, quien dijo que posteriormente su esposo trabajó en otras barberías de San Luis hasta que el 1982 tomó la decisión de trabajar por su propia cuenta en su casa ubicada en la avenida 16 de septiembre entre las calles 21 y 22, donde hasta hoy permanece el negocio del que están a cargo actualmente sus hijos.
La señora María del Rosario recordó que para instalar la barbería a la que llamó San Luis, Don Cecilio compró un sillón y un espejo que colocó debajo de un árbol (piocha) que tenían en el patio de su casa y en ese lugar empezó a cortar el cabello siendo él su propio patrón.
No tardó mucho en aclientarse ya que la gente lo conocía de las barberías en las que había trabajado. “Poco a poco fueron llegando más y más clientes, así que mi esposo invirtió sus ahorros en la construcción de un local para brindarles una mejor atención y ahí estuvo por muchos años, pero lamentablemente falleció en enero del año pasado”, destacó María del Rosario.
Cuando Cecilio abrió la peluquería la mayoría de los negocios de este giro se encontraban en el primer cuadro de la ciudad, entre los que María del Rosario nombró las barberías Estrella, Juárez, Sonora, Candelas, Latino y otras que hoy en día ya no atienden.
Cuando María del Rosario conoció a su esposo, ambos tenían 20 años y eran vecinos en una vecindad que estaba ubicada en la avenida Carlos G. Calles y calle Quinta
Cecilio Ávila aprendió el oficio de barbero trabajando en la peluquería “El deportista” que en 1960 se localizaba en la avenida Obregón entre las calles Primera y Segunda