La superficie de algodón se redujo prácticamente a la mitad, debido a que muchos agricultores no fueron por sus permisos de siembra y eso afectó seriamente la producción de la fibra.
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El presidente de la Junta Local de Sanidad Vegetal Ernesto Loera Orozco, informó que el año pasado se tuvo un registro de 7 mil 821 hectáreas, y descendió a 3 mil 500, la mitad de lo sembrado.
“Esto significa que no hay recursos para sacar los permisos de siembra, y eso es parte de los ingresos de la Junta, probablemente se reactive con segundos cultivos, aquellos que no sembraron algodón”.
Agregó que esto ha traído como consecuencia, que mucha superficie se ha quedado sin sembrar ni trigo ni algodón, ya que se pasaron las fechas, pero espera el reporte en los siguientes días.
“La verdad, es que no tengo idea de cuántas parcelas están vacías, yo he visto varias de ellas que tenían algodón del 2019, los técnicos revisan para saber cuántas quedaron sin sembrar”.
Comentó que, para este ciclo venidero, se calculaban por lo menos 8 mil hectáreas de algodón, pero será menos de la mitad de esa cifra.
El precio
Por otra parte, el dirigente de Sistema Producto Algodón Juan Armenta Magaña, informó que la clasificación quedó en 250 dólares la paca, es decir, 50 dólares el quintal.
“Con la clasificación, te quitan 10 a 11 dólares, que son pretextos que busca el comprador; además hubo baja producción, hubo productores de tres, cuatro, cinco pacas por hectárea, muy raro quien tuvo siete u ocho”.
Agregó que, si se habla de un costo de producción de 46 mil pesos por hectárea, contra una producción de 5 pacas, se habla de mil 250 dólares, en pesos son 24 a 25 mil pesos.
Expresó que hay un déficit de entre 15 y 20 pesos, y ese productor posiblemente quede a deber y va a caer en cartera vencida.
Dijo que alrededor de 50 productores van a quedar debiendo, en mayor o menor medida; otros, van a salir tablas, y muy pocos van a salir con ganancias”.
El precio de la fibra ha hecho que la confianza en el cultivo sea menor, y eso se ve en la cantidad de hectáreas que se han destinado a la siembra del algodón, que cada vez va decayendo.