Los programas prioritarios aplicados por el gobierno federal en el sector primario del país han incidido en el incremento de la producción de alimentos y en el desarrollo económico y social de las comunidades rurales del país.
El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, informó que, a pesar del escenario mundial, caracterizado por la pandemia, el conflicto en Europa del Este, el alza en el precio de los insumos, las amenazas de plagas y enfermedades, además de los efectos del cambio climático, el campo mexicano no se ha detenido.
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En 2021, el sector primario registró 294.7 millones de toneladas de alimentos y para el cierre de 2022 se estima que se habría observado un volumen de alrededor de 297.2 millones de toneladas. Para 2023 se prevé que esta cifra rebase los 300 millones de toneladas.
Expuso que, en coordinación interinstitucional, la prioridad es atender a la población más vulnerable e instrumentar acciones concretas para alcanzar los objetivos de autosuficiencia alimentaria y de rescate del campo, con soberanía.
Comentó que para esta encomienda se instrumentan proyectos y acciones enfocadas al uso responsable del agua, suelo e insumos; fortalecer el prestigiado estatus fito y zoosanitario del país; evitar el intermediarismo con la entrega directa de apoyos al productor, y al acompañamiento científico y técnico con los bienes públicos de la dependencia federal.
Manifestó la importancia de “continuar fortaleciendo el comercio con nuestros socios comerciales, sin distorsiones y con reglas claras y bases técnicas”.
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Tan solo el aumento de las exportaciones agroindustriales (un componente de las agroalimentarias, junto con las agropecuarias y pesqueras) ha generado casi 50 mil empleos adicionales en los últimos cuatro años.
Mientras que en 2018 estas ventas eran de 15 mil 469 millones de dólares, en 2021 se ubicaron en más de 24 mil millones de dólares, que representan un crecimiento de casi la mitad del total de las exportaciones agroalimentarias mexicanas de ese año.