Para el siguiente ciclo primavera-verano del 2024, se espera que la superficie de sorgo en el valle sea de mil 411 hectáreas, esto, en base a información proporcionada por el Distrito de Desarrollo Rural (DDR) y el Comité de Sanidad Vegetal.
La dependencia federal maneja cinco tipos diferentes de sorgo, que se producen en el valle, siendo el que más demanda tiene es el forrajero temprano, ya que contará con 715 hectáreas; le sigue el sorgo grano tardío, con 396 hectáreas.
El sorgo forrajero tardío, tendrá 151 hectáreas en el siguiente ciclo, mientras, que el sorgo grano temprano tendrá una superficie de 139 hectáreas.
El sorgo escobero es el que menos espacio tendrá en el valle, apenas 10 hectáreas, pero, aun así, es una variedad que tiene demanda.
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Cabe señalar que el sorgo es uno de los cultivos tradicionales del valle, y que se ha “contagiado” por los problemas de comercialización y de bajos precios de los mismos, que han tenido en los últimos meses.
A esto, se especula, que la tonelada costaría 6 mil pesos, pero eso no es oficial aun, y están a la espera de que las autoridades digan algo al respecto.
Esta situación, lo único bueno que podría traer, es que haya estabilidad en el valor de la tonelada, y es posible que traiga mejoría al comercio del producto.
Sus usos
El sorgo es un cultivo agronómicamente perfecto, ya que genera una alta producción con un consumo mucho menor de agua que los otros cereales.
El sorgo es una gramínea con gran adaptación a climas cálidos, áridos o semiáridos, como es el caso de san Luis y de Sonora.
Además, son muy variados sus posibles usos para la alimentación ganadera, pudiendo ser utilizado como verdeo de verano bajo pastoreo directo, diferido, como reservas en forma de silo de grano húmedo y de planta entera o como concentrado.