Los jornaleros tienen por obligación el cuidar los cultivos del valle, eso a pesar de las inclemencias del clima, que muchas veces son fuertes, pero hay que soportarlas.
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Tal es el caso de Andrés Gutiérrez, quien tiene siete años dedicándose a las labores agrícolas, que las hace sin importar cómo esté el clima, porque eso no lo detiene para hacer su trabajo.
Originario de Ciudad Obregón, Sonora, se encarga de cuidar el cultivo de culantro, que es uno de los productos más demandados en la región y que tiene más importancia entre las hortalizas.
“La jornada de trabajo comienza para nosotros a las 7:00 de la mañana y termina a las 3:00 de la tarde; nosotros tratamos de hacer nuestra chamba con todo y frío, tal vez lo único que no detiene es la lluvia, pero lo demás no”.
Dijo que trabajan incluso los sábados, aunque en un horario más cómodo, de 8:00 de la mañana a 12:00 del día.
En cuanto a la ropa de frío que usan, prefieren usar rompevientos porque es una prensa que les permite moverse más fácilmente y los hace sentir cómodos, pero a veces traen chamarras delgadas para aminorar las bajas temperaturas que apenas se dejan sentir.
Negó que hayan tenido algún percance, en el tiempo que tienen laborando en ello, solamente se han dedicado a sacar la yerba de los cultivos para que no estorbe el desarrollo del producto.
“Nos hemos ido de uno por uno en los surcos para que quede limpios, y que no haya problemas con la siembra”.
En relación a sus compañeros de trabajo (eran aproximadamente 10 personas), afirmó que todos se llevan bien, y que no hay parientes suyos en la cuadrilla a la que pertenece.
Aseguró que se ha criado en esta región y que siempre se ha dedicado a las labores agrícolas, lo que le ha traído grandes satisfacciones, y que de ese trabajo saca su sustento diario.
“La verdad es que sí deja el trabajar en esto, no me quejo, aunque no estaría mal que hubiera un aumento (risas)”.
A pesar del clima, los jornaleros tienen que sacar su trabajo adelante, quizás lo único que les detendría, sería la lluvia.