Siete socorristas fueron apoyo fundamental en la atención de las víctimas de la balacera ocurrida ayer en el funeral de Luis “El Cuate”, quienes enfrentaron una situación complicada y de alto estrés donde pusieron a prueba sus habilidades médicas, pero también el control de sus emociones.
Mantenerse serenos no fue una tarea fácil para los siete socorros quienes en dos ambulancias respondieron eficazmente al traslado de tres lesionados y atención a crisis nerviosas de los asistentes en el velorio luego de que vieron morir a Gerardo Villaseñor, en donde otras tres personas resultaron lesionadas.
Miguel Padilla Rochin, coordinador de socorros de la Cruz Roja Mexicana, comentó que tras los hechos violentos suscitados ayer, se brinda atención psicológica a los paramédicos para que puedan “blindar” su mente.
