El que la mayoría de la gente permanezca en casa por el confinamiento social por la pandemia de Covid-19 ha propiciado que lleguen más desechos al relleno sanitario, beneficiando a los pepenadores de basura.
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Elvira Peña Salazar dedicada a la pepena de basura desde hace 29 años, platicó que durante la contingencia sanitaria no ha dejado de trabajar, al igual que sus compañeros, a pesar de que esta labor implica un gran riesgo de contagio de Covid-19 y de otras enfermedades causadas por virus o bacterias.
“No hemos dejado de trabajar porque simplemente no podemos darnos ese lujo. Muchas familias vivimos de la basura. Tenemos que llevar el sustento diario a nuestros hogares”, externó.
La señora Peña aseguró que los pepenadores de basura, desde antes del surgimiento del Covid-19, usan guantes a la hora de hurgar entre los montones de desechos y ahora han agregado a estas medidas de protección, el cubrebocas.
De marzo a la fecha, los pepenadores han notado que llegan al relleno sanitario más desechos, lo cual se debe a que un considerable porcentaje de la población ha permanecido en casa acatando las instrucciones de las autoridades de salud y, por consiguiente, se genera más basura.
“Ahora cae más basura y eso es bueno para nosotros que vivimos de esto. Aunque déjame decirte que los precios de los materiales que vendemos como cartón, plástico, aluminio, cobre y bronce, bajaron con todo esto de la pandemia. Las recicladoras nos pagan menos y además no nos están comprando ciertos plásticos como los galones de aceite y suavitel”, resaltó.
A raíz de la promoción que han hecho autoridades de salud en relación al uso de cubrebocas y guantes, Elvira Peña indicó que estos insumos de protección personal están llegando al relleno sanitario porque la gente los arroja a los tambos de basura, por lo que han extremado precauciones para evitar tocarlos.
Al terminar su jornada laboral, Elvira se dirige a casa y al llegar, rocía cloro en la suela de sus zapatos y va directo a la regadera para despojarse de la suciedad acumulada en el “basurero”.
En la temporada de verano, los pepenadores arriban a su área de trabajo, aproximadamente, a las 6:00 de la mañana y se retiran a las 12:00 del mediodía, para regresar de nuevo ya que baja el sol, como a las 19:00 horas y continúan hasta el anochecer.
Peña Salazar está consciente del riesgo que implica su trabajo, especialmente ahora que se vive una crisis sanitaria por el nuevo coronavirus, por eso toma las medidas de precaución necesarias como el uso de guantes y el lavado frecuente de manos.
Contó que llegó a San Luis Río Colorado hace poco más de 60 años, cuando tenía 3, acompañada de sus padres de oficio jornaleros agrícolas. Ella solo cursó hasta el segundo grado de primaria, pero le hubiera gustado ser pianista profesional.