Las bajas temperaturas que se han dejado sentir en esta región han afectado las hortalizas, en el sentido de que se ha retrasado el periodo de cosechas, aunque la calidad del producto no ha descendido.
El director general del empaque Río Colorado José Enrique Carrasco Encinas, hasta ahora, no han tenido problemas serios con las bajas temperaturas, salvo que solamente se ha retrasado las fechas de cosecha.
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“Pues lo único es que estamos empezando a cosechar más tarde por el frío, pero en calidad y volumen seguimos igual nomas nos modifica un poco el horario”.
Agregó que las variedades y productos que se siembran son para invierno y climas fríos, por lo que se esperaba este tipo de clima, al igual que todos los años.
Expresó que, hasta cierto punto, no les sorprende este tipo de climas, puesto que siempre se presentan en la región.
¿Qué daño les hace el frío a los cultivos?
La temperatura juega un papel fundamental en la producción de hortalizas, pues la calidad de la cosecha está relacionada con la cantidad de calor que recibió un fruto durante su desarrollo.
Una hortaliza se desarrolla exitosamente cuando se cultiva dentro de un rango de temperatura ideal, que incluye grados mínimos, máximos y uno óptimo.
Sin embargo, cuando baja la temperatura, la planta puede sufrir un episodio de estrés, el cual puede afectar la calidad del fruto que queremos cosechar.
El frío altera la membrana celular, pues ésta se endurece, provocando que sea menos permeable e impida la entrada de agua y nutrientes, generando una reducción en la tasa metabólica, respiratoria y fotosintética.
Es decir, se hace más lenta la absorción de agua y nutrientes, la asimilación de sustancias nitrogenadas y la síntesis de proteínas, así como la recepción de potasio y fósforo.
Hay hortalizas más tolerantes a los cambios de temperatura que otras; entre las poco exigentes se encuentra la lechuga; el tomate, la calabacita y el pimiento tienen una tolerancia media, mientras que la sandía, el melón y el pepino son más exigentes.
Por su apariencia, se distinguen dos tipos de heladas; la blanca, que se origina cuando las masas de aire son húmedas, ésta ocurre cuando el aire cercano al follaje y las flores estén a cero grados o menos, provocando que el aire alcance la temperatura del punto de rocío (cuando el vapor de agua cambia de estado), se condensa y forma escarcha.
En cambio, cuando hay poco vapor de agua, aparece una helada negra, mucho más dañina, pues no forma capas de hielo, pero sí “quema” los frutos, provocándoles manchas oscuras.
Las heladas pueden ser fatales para la producción de hortalizas, pues los cristales de hielo pueden generar desgarres celulares y tisulares o la desecación del fruto.