En el transcurso de 2019 ingresaron al Centro Especial para Adictos (CEA) sección femenil, 280 mujeres que se sometieron a un tratamiento de recuperación para dejar de consumir sustancias nocivas para la salud, el 95% de ellas adictas a la droga conocida como “cristal”.
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Laura Martínez Dunstan, directora del CEA-mujeres, destacó que son diversas las razones por las cuales una persona del sexo femenino se involucra en el mundo de las adicciones a las drogas, entre éstas que es una sustancia “barata” y de fácil acceso.
De las 280 mujeres atendidas el año pasado, el 40% tenía entre 18 y 26 años de edad; otro 40% tenía de 27 a 35; el 15% era de 36 o más y el 5% de 12 a 17 años.
Indicó que, por lo general, las mujeres empiezan a usar o consumir drogas impulsadas por su pareja sentimental, otras por imitar a las amigas y también lo hacen para bajar de peso, en este último caso optan por el cristal.
SURGEN NUEVAS DROGAS
Laura Martínez comentó que en los años 80´s y 90´s la mayoría de la gente atendida en centros de rehabilitación consumía heroína, pero a mediados de 1990 se dio el “boom” en el consumo de cristal; mientras que a finales de 2019 y a principios de 2020 se registró un repunte en el uso del fentanilo y la marihuana líquida.
Las personas que llegan a los centros de tratamiento contra las adicciones refieren que las drogas de inicio fueron el alcohol y el tabaco y más tarde experimentaron con la marihuana, heroína, cocaína, cristal y otras que a corto, mediano o largo plazo causan severos daños en la salud física y mental, dependiendo del organismo de cada usuario.
“Una persona que consume cristal puede llegar a sufrir afectaciones psiquiátricas, algunos desde la primera vez se ´desconectan´ de la realidad. A cada organismo le afecta diferente. El usar y consumir drogas es como jugar a una ruleta rusa”, resaltó Martínez Dunstan.
Cuando una mujer se involucra en adicciones las afectaciones no son solo para ella sino para la familia, especialmente para los hijos a quienes descuida debido a la enfermedad que padece, orillándolos, en ocasiones, al consumo de drogas y a la integración de pandillas.
En el CEA el tratamiento que se ofrece es de 4 meses. Durante este tiempo se integra a las internas en programas de atención integral que incluyen terapias psicológicas, ocupacionales, consejería, consultas médicas, plan de activación física y nutrición, entre otros.