En 1950, San Luis Río Colorado contaba con alrededor de 13 mil 500 habitantes, mientras, en el valle, en ese tiempo radicaban aproximadamente 4 mil 100 personas que vivían, la mayoría, de la agricultura, pues las actividades industriales y el comercio empezaban a consolidarse.
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En esos años algunos agricultores comenzaron a ver la conveniencia de agruparse para procurar mayores beneficios y ventajas en el cultivo y comercialización de sus productos.
En 1951 se organizaron en la Unión de Crédito para afrontar gastos en la preparación de sus tierras y financiar algunas actividades de tipo industrial, el cultivo agrícola y el levantamiento de cosechas.
Lo anterior cuenta el escritor Ramón Noriega Rascón en su libro “Historias y narraciones del viejo San Luis Río Colorado. Un puente a nuestro pasado”, en el que indica que antes de la integración de esta sociedad, el crédito para que los campesinos pudieran afrontar el alud de los gastos que implicaba la adquisición de maquinaria y equipos, semillas, fertilizantes, riegos y el pago de trabajadores, era muy escaso y caro.
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FUE EJEMPLO INTERNACIONAL
A medida que transcurrían los años, la Sociedad llamada Unión de Crédito Agrícola e Industrial de San Luis, S.A. de C. V., se fue consolidando y desarrollando de tal forma que en el corto plazo aumentó su capital económico y el número de socios, por lo que llegó a ser una institución social ejemplar a nivel nacional e internacional a la que acudían representantes de otros países como Francia y Estados Unidos para atestiguar en las reuniones informativas los logros en los aspectos económicos, sociales y materiales que cada vez iban en ascenso.
Y aunque la situación económica no era de abundancia y la vida no resultaba fácil para los agricultores, los éxitos empezaron a llegar cuando al frente de la Unión de Crédito estuvieron Rafael Leyva Castro, como gerente e Isidro Parra Olguín, como presidente del consejo administrativo, quienes obtuvieron buenos resultados en el manejo de las finanzas, por lo que se ganaron el respeto y la admiración de la sociedad.
En sus inicios, la Unión de Crédito tuvo sus problemas y vaivenes, sin embargo con el tiempo llegó a ser una organización de primera categoría en el Noroeste de México
A los agricultores les empezó a ir bien, cuando estuvieron al frente de la Unión como miembros del consejo administrativo, Rafael Leyva Castro e Isidro Parra Olguín