Por allá del 1970 San Luis Río Colorado fue testigo del auge de las cantinas que a la fecha se ubican en el perímetro que comprende del callejón Guadalupe Victoria al callejón Carranza, de la calle Quinta a la Séptima, aunque hoy en día es poco el visitante a este sector comercial, en comparación con lo que fue en sus “años mozos”.
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De ser un área concurrida mayormente por trabajadores de los campos agrícolas del condado de Yuma, la conocida “zona vieja”, significó por muchos años una derrama económica importante para la ciudad, por ser un punto de entretenimiento en el cual se congregaban los servicios de venta de bebidas embriagantes, la música en vivo, comida, los juegos de salón y el sexoservicio.
El señor Guadalupe López contó ser testigo de cómo los bares y cantinas se encontraban llenos, “fuera entre semana o en fines de semana, en la zona siempre había gente, era mucha la cantidad que se vivía”.
“Aunque la venta de alcohol era el principal atractivo, no era una zona insegura, los mismos locatarios e incluso los policías cuidaban a los parroquianos, no había tanto asalto, tanto robo de vehículos, como de unos años a acá lo hemos venido viendo”, expresó.
Para el señor Margarito Sandoval, propietario de uno de los establecimiento de la zona en mención, atrás han quedado los tiempos en que cada local era sostenible y daba para emplear a otros, lo que dijo, se debe a los problemas de inseguridad en México y Estados Unidos que han alejado al cliente que por años dio vida a las cantinas de la zona.
“Después de la caída de las torres gemelas en septiembre de 2001 dejó de venir mucha gente, lo que hizo de esta zona un lugar inseguro para algunos, reflejándose en menos clientes”, compartió.
LLEGADA DE LA “ZONA DE TOLERANCIA”
El crecimiento apresurado de la ciudad aunado a la petición de los vecinos de la zona por reubicar las cantinas al considerarlo inapropiado, llevó a los propietarios a moverse a un nuevo punto localizado sobre las calle 26 entre la avenida Colima y la Quintana Roo, conocida como “zona de tolerancia” o “zona nueva” en donde los servicios de antaño, se asentaron.
Sin embargo, años después, el servicio decayó y cantina por cantina, el espacio fue desapareciendo hasta verlo convertido hoy en un centro comercial para toda la familia.
“Luego de que las cantinas de la “zona nueva” desaparecieron, poca gente volvió a la antigua “zona de tolerancia”, pero actualmente, quien busca los servicios que antes aquí se ofrecían, va a los bares del centro o a los casinos”, comentó un locatario entrevistado sobre la calle Sexta.
EL SEXOSERVICIO
El intercambio de compañía sexual por unos pesos, fue uno de los principales servicios en la “zona vieja”; era común ver a mujeres y travestis entre las cantinas o las esquinas ofreciendo sus servicios.
“Aquella época solo quedó en el recuerdo de muchos”, contó Melissa, una joven transexual, quien es testigo de cómo hoy el sexoservicio en la zona es muy poco contratado por los varones, cuando, según lo que sus compañeras le cuentan, anteriormente “dejaba muchas ganancias”.
Por muchos años, las cantinas ubicadas sobre la Sexta representaron una derrama económica para la ciudad, actualmente éstas apenas se sostienen