Fue hasta finales de la década de 1940 cuando el noroeste de México empezó a tener vías de comunicación por ferrocarril y casi 10 años después por carretera, con lo cual terminó el ancestral aislamiento que se tenía con el resto del territorio nacional.
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En ese tiempo, para viajar desde Santa Ana o Caborca a San Luis Río Colorado operaban vehículos de 10 pasajeros que hacían la travesía por el desierto cada vez que alguien solicitaba el servicio de traslado.
El escritor Ramón Noriega Rascón en el libro “Historias y narraciones del viejo San Luis Río Colorado. Un puente a nuestro pasado”, cuenta que, a finales de 1930, Don Alfonso Villegas Ocaño invitó a formar una cooperativa de autotransportes a varios propietarios de automóviles que transportaban pasajeros de Santa Ana a San Luis Río Colorado y cuando el Río Colorado lo permitía, hasta Mexicali.
Ramón Noriega expone que el señor Valdemar Barrios Matrecito en su obra literaria “Por las rutas del desierto” señala historias de esos valientes conductores que atravesaban el desierto de Altar siguiendo rutas indefinidas, ya que no había camino apropiado y tardó mucho tiempo en haberlo.
La cooperativa de autotransportes a la que hace referencia Ramón Noriega, tomó el nombre de “Autotransportes del Desierto de Altar” y se unió a otra empresa del mismo giro, surgida en Caborca, dando origen a la Sociedad Cooperativa de Transportes Norte de Sonora.
Cada uno de los nuevos once socios requería aportar la cantidad de 100 pesos, pero en lugar de dar el efectivo, entregaron un automóvil valuado en 1 mil 100 pesos y la sociedad fue registrada bajo el número 628 P de la Secretaría de Economía Nacional.
Noriega Rascón escribe en su libro que no se sabe exactamente cuándo surgió la cooperativa, pero señala que fue antes de 1940 y que en 1937 fue cuando el señor Alfonso Villegas arribó a Santa Ana procedente de la capital del país.
En abril de 1944 se fusionó a este grupo, la Sociedad Cooperativa de Autotransportes Cajeme que pasaba por un periodo de dificultades financieras y con esto se ampliaron sus actividades a la ciudad de Los Mochis, Sinaloa.
Más adelante, se unió la cooperativa sonorense de nombre Camioneros Unidos de Mazatlán y así esta empresa creció al grado de tener 44 socios.
Ramón Noriega expone que de 1946 a 1949, la empresa estadounidense Flexible construyó una versión del autobús modelo Clipper y este fue introducido a la cooperativa. Fue así que en San Luis Río Colorado surgieron las primeras centrales de autobuses que hasta la fecha tienen gran demanda entre los viajeros.