La muerte de 11 personas en el incendio provocado en el bar Beer House provocó consternación entre la población sanluisina, pero también molestia tras darse a conocer que operaba en la clandestinidad.
En rueda de prensa, las autoridades municipales declararon que el establecimiento no contaba con el permiso de este año y que además no se habían hecho supervisiones de protección civil.
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La regidora Rebecca Ching Hurtado declaró que hubo una importante omisión de trabajo tanto de la Dirección de Desarrollo Urbano, como de Protección Civil, Secretaría y del propio alcalde, Santos González Yescas.
“Se tiene que comprender que ayer fue un día muy difícil para todos, en el sentido de que nos despertamos desde bien tempranito con la tragedia, pero al mismo tiempo soy regidora, entonces yo me sentí en la obligación de levantar la voz después de que yo veo esa rueda de prensa”.
Comentó que dicho establecimiento era muy conocido entre la comunidad sanluisina, se ubicaba prácticamente a un costado de la línea fronteriza, por lo que la falta de supervisión y su operación en la clandestinidad es una irresponsabilidad tanto del dueño como de los funcionarios.
“Yo encuentro muy difícil justificar todas estas omisiones, porque sabes que de no haberlas cometido muy probablemente otra sería la historia de las personas que estuvieron en ese lugar”.
Ante ello, la regidora solicitó la renuncia del presidente municipal Santos González, del Secretario del Ayuntamiento, Héctor Sandoval y los directores de Protección Civil y Desarrollo Urbano.
“Yo creo que es lo ético, porque si recuerdas cuando uno toma protesta como funcionario, o como regidor o como presidente municipal, ¿qué es lo que juras?, cumplir y hacer cumplir las leyes para beneficio de la gente, y ellos no lo hicieron”.
En cuanto al dueño del local, el cual no ha sido señalado por las autoridades, recordó que también es parte de los culpables ya que operaba en la ilegalidad, además de que las condiciones de seguridad del inmueble no eran las adecuadas.
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“El trabajo de ellos es que todos operen bajo la ley, pero también es cierto que la persona que era el dueño o que abría ese lugar cayó en la total ilegalidad, porque no nada más no tenía los permisos, sino las condiciones de su local desde las puertas de emergencia, no eran de acuerdo a Protección Civil del Estado, estaba operando en la clandestinidad y ese es un delito.