El sumergirse en aguas contaminadas con algún químico o patógeno (microbio) puede provocar desde serios hasta severos problemas de salud, por lo que se recomienda evitar bañarse en estos lugares, sobre todo, si se tiene conocimiento que son sucias.
El doctor Óscar Castro Guevara, director de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) número 12 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informó que cuando el agua de ríos, pozos o canales contiene algún químico como insecticidas, fertilizantes y otros que se aplican en los campos agrícolas, podría ocasionar en el ser humano una dermatitis química.
Explicó que la dermatitis química es la inflamación de la piel por lo agresivo que pudiera llegar a ser el químico que se haya arrojado (insecticidas y fertilizantes). El nivel de afectación dependerá de la predisposición que tenga cada persona hacia dicha sustancia.
Si el agua contaminada llegara a meterse a las fosas nasales puede provocar una sinusitis o una rinitis química por lo agresivo del químico dentro de esta parte del cuerpo, expuso Castro Guevara.
En relación a los patógenos que son parásitos o bacterias que entran al organismo humano mediante el agua pueden generar, principalmente, una gastroenteritis cuyos síntomas son inflamación e irritación del estómago, así como evacuaciones diarreicas, náuseas y vómito y, como consecuencia, una deshidratación que dependiendo de cada situación puede tratarse en casa o en el hospital.
El médico dijo que, si el paciente llegara a ingerir algún parásito en el agua, como la amiba de vida libre que es bastante patógena y virulenta puede ocasionar, en casos extremos, encefalitis o meningitis.
“Cuando te sumerges en el agua ya seas niño o adulto, tragas agua, eso está comprobadísimo. De ahí, la recomendación de no bañarse en lugares donde no se tenga la seguridad de que están limpios”, apuntó.
Son dos rubros de contaminación de agua, como se dijo el químico y patógeno lo que genera problemas de salud en la piel, sistema respiratorio, gastrointestinal y afectaciones en el cerebro como las meninges, finalizó Castro Guevara.